"Son cámaras sin lente, lo reemplaza un pequeño orificio del tamaño de una punta de alfiler en una lámina de aluminio. Por allí pasa la luz y se proyecta la imagen del lado opuesto, donde se coloca el papel fotográfico", explica la autora a Télam.
Cada exposición puede durar desde 10 segundos a 25 minutos, el tamaño del diafragma es único y lo que varía es el tiempo de exposición. "Cargás la cámara, sacás la foto, se revela en el laboratorio y luego sacás otra. Realicé una toma diaria y única -sin repetir- durante un año bisiesto", dice sobre estas imágenes que se revelan en dimensiones de 5x9 centímetros.
Marín (Buenos Aires, 1977) trabajó instintivamente sin fotómetro y sin visor. "Parte de lo que me interesa es el azar y la medición a ojo", aclara, pero el motor de la exploración es otro: "Es una resistencia a esta época de inmediatez y rapidez, de sacar mil fotos por día con una cámara digital. Es volver a los orígenes, frenar un poco y tener una mirada reflexiva frente a la imagen".
Las cámaras, que cada uno construye, se hacen con objetos normalmente desechados, como cajas y se convierten en herramientas de expresión y de rescate. "Hay una resignificación de los objetos como del entorno. El tiempo se adapta a nosotros. La percepción, el instinto, la intuición, la paciencia son nuevos aliados en el espacio y tiempo que genera la estenopeica", dice la fotógrafa.
El resultado -que en esta muestra exhibe sólo 15 fotos- son imágenes de la autora deformadas, descentradas de la realidad y donde fotógrafa y modelo parecen ocultas detrás de la imagen capturada.
"Yo ya no estaba en primera persona, sino que la búsqueda fueron texturas, formas, luz y movimientos. En la mayoría de las fotos no se reconoce que estoy, fueron más allá del sujeto, es estético", agrega Marín, que organiza desde 2010 el Día Mundial de la Fotografía Estenopeica en Buenos Aires, una paréntesis "en este mundo tan tecnificado para participar de la forma más simple de hacer fotografías".
La técnica permite un reencuentro con esa primigenia creación de la imagen. Ya, Aristóteles, filósofo griego que vivió en Atenas entre 384 y 322 a. C, afirmaba que si se practicaba un pequeño orificio sobre la pared de una habitación oscura, un haz luminoso dibujaría en el muro opuesto la imagen invertida del exterior.
Pero la descripción completa del antepasado de la estenopeica (y del origen de la fotografía) es atribuida a Leonardo Da Vinci(1452-1519), quien hizo el primer dibujo sobre el funcionamiento de la cámara oscura.
"En 1890 se empiezan a sacar fotos con la técnica estenopeica; en la década del 60 hay un resurgimiento mundial y hace cinco años atrás en Argentina hay un auge de esta técnica", historiza Marín, que también es socióloga.
Pero, ¿por qué este renacimiento, esta vuelta? "A los que trabajamos con estenopeica nos gusta el trabajo manual, el proceso de la construcción de la cámara, el revelado, el laboratorio, hacer las copias. Es algo que con lo digital se pierde. No es una resistencia a lo digital, es frenar un poco, ir a otro ritmo", define.
Además de esta muestra, que ya estuvo en Jujuy y en San Isidro (provincia de Buenos Aires), Marín está experimentando con el procedimiento fotográfico de colodión húmedo, creado en 1851 por Gustave Le Gray. El método es la utilización del colodión, un barniz líquido que se vierte a las placas y que se sensibiliza en nitrato de plata para obtener imágenes nítidas y sin manchas.
"Tenemos que emulsionar el vidrio, sacar la foto y revelar mientras está húmeda", especifica sobre esta antigua técnica que suponía el traslado de un laboratorio completo, de ahí aquellas tiendas de campaña que trasladaban los fotógrafos que trabajaban en el exterior.
"Significa la participación en un proceso, una reflexión, una postura más crítica. La estenopeica te lleva a que cada foto vuelva a ser una ceremonia. Es preparar la cámara, encuadrar intuitivamente. Es más visceral, es otro rito. Uno con la estenopeica se vuelve extremista", concluye.
La exhibición "1:366" -con fotografías agrandadas digitalmente- se puede visitar de lunes a viernes de 13 a 18 y los martes de 16 a 21 en el Espacio Ecléctico, Humberto Primo 730, San Telmo.
Fuente: Télam
