La "miseria material", subrayó el Pontífice en su mensaje, "es la que comúnmente es llamada pobreza y toca a cuantos viven en una condición indigna de la persona humana: privados de los derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad como el alimento, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad de desarrollo y de crecimiento cultural".
Frente a esta realidad, sostuvo Bergoglio, la Iglesia ofrece un servicio "para ir al encuentro de los necesitados", pero su compromiso se "orienta también" a hacer que cesen en el mundo "las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos que en tantos casos son la causa de la miseria".
La "miseria moral" que lleva a "convertirse en esclavos del vicio y del pecado", denunció el Papa en el mensaje, puede conducir a las familias a la "angustia" por un joven "subyugado por el alcohol, la droga, el juego o la pornografía".
"Cuántas personas -se preguntó Francisco- se ven obligadas a estas miserias por condiciones sociales injustas, por la falta de trabajo que las priva de la dignidad de llevar el pan a casa, por la falta de igualdad de respeto a los derechos de la educación y de la salud".
"En estos casos la miseria moral puede bien llamarse suicidio incipiente y esta forma de miseria, que es también causa de ruina económica, se une siempre a la miseria espiritual que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor", dijo el Papa, consignó la agencia Ansa.
"Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele", advirtió el Pontífice, y sostuvo que la "Cuaresma es un tiempo adecuado para el despojamiento y que nos hará bien preguntarnos de qué cosas podemos privarnos con el fin de ayudar y enriquecer a otros, con nuestra pobreza".
"No olvidemos -remarcó el Papa- que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojamiento sin esta dimensión penitencial".
El documento papal para la Cuaresma fue presentado por el presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, cardenal Robert Sarah, junto a dos niños y sus padres en la mesa de los relatores.
El vocero vaticano Federico Lombardi explicó que esa familia integrada por "Anna Zumbo y Davide Dotta, están muy contentos, son misioneros en Haití y pueden darnos un testimonio concreto a los pobres, con los pobres".
En ese encuentro, los niños Gioana y Tobía dibujaron con el papá, mientras el cardenal Sarah hacía su intervención.
Fuente: Télam