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Martes 23 de Abril de 2024
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TUCUMÁN

Frutilla: la reina de las frutas es tucumana, como vos

Aprovechá que está barata: te damos ideas para disfrutarla ya y para prepararla, de modo que siempre estén al alcance de la mano.
(DIARIOC, 17/11/2011) La combinación del rojo brillante y el aroma atrapador las hace el símbolo de la sensualidad. El sabor, dulce y ácido al mismo tiempo, las preferidas de los chicos. En definitiva: más que aptas para todo público (o casi: los alérgicos deben ser cuidadosos).

Lo genial es que no sólo son riquísimas; están baratas y son muy sanas. Por ejemplo, ayudan a eliminar ácido úrico, de modo que favorecen a quienes sufren trastornos reumáticos y ayudan a que los riñones funcionen. Además, como las semillitas que las recubren no son digeribles, ayudan a combatir el estreñimiento.

Aportan muchos minerales: hierro, calcio y fósforo (lo que fortalece el sistema nervioso), y son 10 veces más ricas en vitamina C que las naranjas. Y como su contenido de azúcar es bastante bajo, son ideales para quienes deben controlar su peso.

De nuestra tierra

Según informa el INTA Tucumán, en la provincia producimos frutilla de modo que podemos proveer al país (la mayor parte, en Lules, y en contraestación, en los valles de la zona de Tafí) y lo hacemos durante casi todo el año. Pero es indudable que los precios hoy son más que interesantes. De modo que te sugerimos que aproveches; no sólo para consumirla ya, sino también para guardarla, de manera que la tengas a tu alcance para cuando la extrañes. Para esto, basta con tomar una par de precauciones.

Consejos

Compralas firmes y sin manchas, y guardalas sin lavar en un envase hermético, en la heladera (si están en perfectas condiciones pueden durar hasta 10 días). Cuando quieras comerlas, lavalas enteras y con el cabo; no las dejes mucho en el agua, pues pierden sabor y nutrientes. Una vez lavadas quitales el tallo, preparalas y servilas enseguida.

También se pueden conservar congeladas durante varios meses. Para eso, lavalas con el cabo, dejalas orear, espolvorealas con azúcar y guardalas en bolsitas o en cajas herméticas. Así pueden esperarte durante un año.

CONSERVAS


EN ALMÍBAR
Lavá las frutillas y cubrilas con azúcar. ¿Cuánta? El 50% de su peso (para un kilo de frutillas, medio de azúcar). Dejalas unas 2 horas para que suelten líquido, agregales un poco de jugo de limón (más o menos 1/2 limón para un kg) y cocinalas. Podés hacerlo en microondas, en sucesivas cocciones, hasta que el almíbar se espese lo suficiente, o en una cacerola a fuego fuerte. ¿Cuánto tiempo? Depende del punto deseado del almíbar. Hay que mover de tanto en tanto la cacerola (¡no las frutillas!) para que no se peguen. Envasalas en frascos lavados con agua hervida, tapalas y guardá en la heladera. Son exquisitas con crema chantilly, y buenísimas para rellenar tortas y acompañar helados.

MERMELADAS
Con las mismas proporciones, cociná las frutillas, pero a fuego lento hasta que la mezcla tome punto de mermelada. Además del espesamiento y del color, el punto te lo indicará el siguiente truco: poné una porción en un platito de café y enfriala sobre una superficie fría o en la heladera. Si das vuelta el platito y no se cae, ya está. De lo contrario, seguí cocinando... ¡hasta que la prueba dé positivo! Las frutillas quedarán casi enteras, pero si querés consistencia uniforme y fácil de untar, desmenuzalas con una batidora de mano unos minutos antes de terminar la cocción. Guardá en frascos esterilizados.

DELICIAS

BOMBONES DIFERENTES

Necesitás ½ kg de frutillas maduras y muy sanas. Lavalas bien, pero no les saques el cabito ni las hojas. Derretí a baño de María 300 g de chocolate con leche en 2 cucharadas de manteca. Clavá cuidadosamente en cada frutilla un escarbadientes y, tomándolas de allí, sumergilas una por una en el chocolate tibio. Dejá que el baño escurra y clavá el palillo en un trozo de telgopor (una bandejita gruesa, por ejemplo) hasta que se seque. Si querés una obra de arte podés decoralas, una vez frías, con chocolate blanco derretido, como las de la foto.

MOUSSE

Lavá muy bien ½ kg de frutillas y procesalas con 4 cucharadas de azúcar. Batí 200g de crema a punto chantilly con otras 4 cucharadas de azúcar y añadila a las frutillas. Batí cuatro claras a nieve y agregales, en forma envolvente, la mezcla anterior. Llevá a la heladera durante 3 horas como mínimo. Para hacer la mousse más liviana, reemplazá el azúcar por edulcorante en polvo (podés agregar un poco de jugo de limón si te molesta el sabor del edulcorante) y la mitad de la crema por queso blanco light.

COMO LAS ABUELAS

HELADO CASERO

No te preocupes si no tenés máquina heladora. Vamos a hacerlo como nuestras abuelas. El secreto para que quede cremoso es retirar cada tanto el helado y volver a mezclarlo (unas 2 o 3 veces), hasta que tome la consistencia que querés. Revolviendo cada tanto impedimos que se formen grandes cristales y la textura se vuelve suave. El azúcar ayuda en esa tarea Conviene prepararlo con 24 horas de anticipación (así se apreciará mejor todo su sabor) y retirarlo del freezer un rato antes de llevarlo a la mesa, para que sea más fácil de servir. Otra posibilidad es ponerlo 20 segundos en el microondas.

PREPARACIÓN

Lavá muy bien 250 g de frutillas y cortalas en láminas finas. Colocalas en un bol y espolvorealas con 6 cucharadas de azúcar. Dejá que reposen 30 minutos y procesalas. Batí una clara a punto de nieve y agregale con movimientos envolvente 200 cc de crema batida a medio punto. Incorporará las frutillas y poné todo en un recipiente plano y profundo (te facilitará cortar las porciones). Llevá al freezer.

La versión para quienes no deben abusar de los carbohidratos se logra reemplazando el azúcar por edulcorante en polvo y agregando un poco de jugo de limón para disimular su sabor.

Fuente: lagaceta.com.ar

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