Ubicada cerca de Busan, la segunda mayor ciudad de Corea del Sur, Kori se podría convertir en la central nuclear operativa con mayor capacidad de generación del mundo, unos 6.860 megavatios, en caso de que el Gobierno dé luz verde en octubre a la puesta en marcha del séptimo reactor.
Greenpeace, que se posiciona en general en contra de la energía nuclear, denunció que en Corea del Sur este recurso representa un riesgo aún mayor para la población debido principalmente a "la falta de cultura de seguridad y a la corrupción", según el coordinador de campaña de la ONG en Seúl, Jang Da-ul.
"La corrupción es especialmente preocupante. Solo entre 2012 y 2014 un total de 205 personas han recibido condenas por 60 casos relacionados con corrupción en el sector de la energía nuclear en Corea del Sur, con sentencias que suman 345 años de prisión", aseguró Jang a la agencia EFE.
Uno de los casos más sonados fue el hallazgo en 2013 de numerosas piezas de reactores con homologaciones falsificadas, lo que llegó a provocar el cierre temporal de dos reactores de Kori y un proceso judicial para depurar responsabilidades.
La organización ecologista también alegó que hasta 3,4 millones de personas residen a menos de 30 kilómetros de la central nuclear de Kori en comparación con 160.000 en el caso de la accidentada central nipona de Fukushima, lo que supone "un riesgo intolerable", según la nota de prensa emitida tras la protesta.
Corea del Sur opera a día de hoy 24 reactores nucleares que aportan alrededor de un tercio de la producción eléctrica del país, 21,6 gigavatios, y planea aumentar su capacidad un 59 por ciento hasta alcanzar 32,9 gigavatios en 2022, según datos del Instituto de Investigación de Energía Atómica de Corea (KAERI).
Fuente: Télam