Stern llegó a Buenos Aires huyendo del nazismo y compensó la pérdida que implica todo exilio con la amistad del círculo de intelectuales y artistas a los que le dio acceso su marido, elfotógrafo argentino Horacio Cóppola
En cada retrato el modelo arriesga su intimidad interrogada por la lente del fotógrafo. Es el momento de la confrontación entre lo que se cree ser, lo que se quiere mostrar y la mirada delotro.. (Télam).-