Pareciera que Lula, el presidente brasilero que arrasó con toda oposición en el recuento de los votos que lo eligieron, y nuestro presidente Kirchner que llegó al poder apenas con una modesta mayoría de ballotage, están decididos a limpiarse las manos. Tanto uno como el otro han comenzado a criticar a los Movimientos sociales que fueron la fuerza que los instaló en el Gobierno con la esperanza de comenzar finalmente un nuevo camino. Ahora Lula desalienta y se queja de los movimientos sociales que siguen reclamando por sus derechos y el cumplimiento de las promesas y definiciones preelectorales. Y Kirchner lanza como una acusación a los piqueteros, la sentencia de que están haciendo política