En cuanto al tiempo que viene por la fiesta mayor de los catamarqueños, Carlos dijo: “Hace 25 años que vengo por el Poncho, prácticamente vi todos los cambios que tuvo la feria, desde que estaba en la Manzana del Turismo, después cuando se fue al ex Regimiento, después en el Polideportivo y bueno ahora acá, esto es un lujo para todos nosotros”.
“Acá se puede exhibir todas las artesanías; para nosotros es más cómodo, más tranquilo, más confiado y poder demostrar todo lo que uno hace sin problemas”, comentaba sobre las bondades del Predio Ferial.
“Yo trabajo con el simbol, es un material casi único de la zona de Santa María, de los Valles Calchaquies, de la zona del límite con Salta, de la zona de los Quilmes, es un junco que se cría en los ríos y que es muy noble para poder trabajarlo”, decía sobre el trabajo que viene a mostrar este 2014.
Como sucede en el interior de la provincia, el oficio y el arte es hereditario y se transmite de generación en generación, como un legado y una forma de vida: “Toda mi familia está trabajando conmigo, trabajamos todos juntos mi hijo que esta acá al lado mío, y mis nietos también ya están trabajando con el Simbol, este año no lo traje pero el ya está trabajando también”.
“Es una pequeña industria familiar, nosotros salimos a las ferias, pero también vendemos a algunos clientes fijos que tenemos allá en Santa María, vendemos todo el año”, comentó el cestero santamariano.
Sobre las expectativas que tiene para el transcurso de la feria y las ventas, Carlos Suarez dijo: “El primer día la gente anda viendo y preguntando, los precios que tenemos son accesibles; son cosas útiles, floreros, canastos y por suerte va saliendo todo”.
“Pensamos que como todos los años, el último día, vendemos todo, sabemos que la situación del país es medio complicada pero tenemos las expectativas para poder vender todo”, pronosticaba optimista el artesano de los “valles Calchaquies”.