"Los materiales que seleccionamos son apenas la punta del iceberg de la enorme cantidad guardada en el archivo de la Fundación que lleva su nombre", contó a Télam Ezequiel Martínez, hijo del escritor y albacea de su obra.
"La novela de Perón tiene nueve versiones y Santa Evita, cuatro o cinco. Y a esto se suman apuntes, investigaciones, entrevistas, distintos documentos, con los que trabajamos junto a Gabriela Franco -a cargo de estas ediciones- para ver cuales íbamos a elegir, también tuvimos en cuenta su atractivo visual", resaltó.
En el anexo de La novela de Perón figuran un croquis mecanografiado del 20 de junio que amplía datos sobre los sucesos ocurridos en Ezeiza, hay un texto con las abreviaturas de los 102 libros que el escritor utilizó como fuente de información, indicando nombre y apellido del autor o el título. Un total de 14 páginas con más de cien entradas".
Además, fichas con reflexiones sobre el proceso creativo. En una de ellas el escritor sostiene: "Yo no acepté ser el Evangelista de Perón", y epígrafes de la versión de la novela para El periodista de Buenos Aires, semanario que publicó los capítulos en forma de folletín entre 1984 y 1985.
Según Martínez, "agregar algo al material original iba a ser un plus para el lector de estas novelas -que han sido leídas en más de treinta idiomas y publicadas en más de sesenta países- donde se desdibuja lo que es la realidad y lo que es la ficción. Él tomó la decisión de volcar todo en una novela y no en una biografía. Y decía que la única manera de contar un personaje como Perón era una novela, no había otra forma".
"A mi abuela Dominga le impresionaban mucho los ojos de la mosca. 'Juan', me decí­a: '¿qué ve una mosca? ¿Ve cuatro mil verdades, o una verdad partida en cuatro mil pedazos?' Y yo nunca sabí­a qué contestarle...", dice Perón en la novela "porque había tantas versiones de los mismos hechos que se contradecían entre sí", acota Martínez.
"En Santa Evita papá redobló la apuesta entre periodismo y ficción porque todo lo que en La novela de Perón era documentación o testimonios de suma importancia, también lo eran en Santa Evita, pero en ésta última -con la excusa de la investigación periodística- inventó documentos y testimonios. Al final uno no sabe cuáles son verdaderos y cuáles no".
"Muchas de las cosas que cuenta ahí son tomadas como verdades históricas cuando son absoluta invención -aseguró-. Uno dice si un tipo investigó tantos años, entrevistó a tanta gente, recopiló tanto material, no puede ser que esté inventando esto".
También como homenaje al autor de La pasión según Trelew, Lugar común la muerte, El vuelo de la reina, El cantor de tango, Las vidas del General, Purgatorio y Tinieblas para mirar el jueves próximo se inaugura la muestra "Cuatro mil verdades. Tomás Eloy Martínez" en la Sala E del Centro Cultural Sarmiento, que está curada por Mariano Soto y se extenderá hasta el 28 de junio.
La muestra gira en torno a las dos novelas pero agrega un tercer punto, centrada en toda su trayectoria como escritor y periodista (integró las redacciones de los semanarios Primera Plana y Panorana, trabajó en el diario La Opinión, fundó El Diario de Caracas, formó parte del equipo creador de Página/12 y fue columnista en medios nacionales y extranjeros), además de su carrera académica en la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, Estados Unidos.
Allí podrán verse desde su máquina de escribir, su grabadora, su escritorio de trabajo, hasta fotografías inéditas, las tapas de diferentes ediciones de sus libros y reproducciones de audio -como la entrevista que mantuvo con Perón- y una clase magistral inédita dictada en la Universidad de Rutger, entre otros materiales.
Por otra parte, en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires, se presentarán las ediciones conmemorativas de las dos novelas el 10 de mayo, a las 20.30, en la Sala Domingo Faustino Sarmiento con la participación de Juan Boido, Jorge Fernández Díaz, Pacho O'Donnell y Ezequiel Martínez.
Fuente: Télam
