Rueda hizo hincapié en su alocución, sobre el respeto a la Madre Tierra, a los valores heredados de nuestros ancestros y pidió que "Pachamama nos renueve el corazón para vivir este universo vital y cósmico, que es el nido que habitamos, la casa grande donde unidos bajo una fuerte energía todo es vida y es sagrado". También pidió a los presentes saber respetar los secretos de la vida que otorga la Madre Tierra, valorar la vinculación cielo-mar-estrellas, porque "esto es verdadera vida que no muere, sino que renace, por eso debemos cuidarla, amarla y protegerla, porque en la tierra está impreso el código de la sabiduría".
Luego un alumno de la Escuela de El Puesto entonó algunas coplas y lo mismo hizo rindiendo su homenaje a la Madre Tierra, la coplera María Arjona. Finalmente en la fosa abierta a los efectos, se enterraron las ofrendas para potenciar la fertilidad de la tierra, mientras se elevaban los ruegos y pedidos a la Pachamama por la prosperidad del nuevo año dentro de calendario andino, y se practicaban ritos ancestrales para la protección personal de la que participaron todos los presentes. Como complemento del acto, alumnos de los talleres artísticos municipales ejecutaron canciones con instrumentos de viento y charango, en tanto que el matiz particular lo daban los alumnos de la Escuela Aurora que servían un exquisito "locrillo" en recipientes de cerámica rústica.