Los cargos que se le imputaron estuvieron vinculados a la violación del toque de queda dispuesto por Micheletti, aunque recién hace una hora que la policía admitió la detención. Hasta ese momento el comisario Terrato había negado la situación y decía desconocer el paradero del activista.
Sólo la presión ejercida por organismos de derechos humanos, y en particular por Juan Almendarez, del Centro para la Prevención de la Tortura, logró blanquear la situación de Alegría, y obligó a los policías a confesar la detención.
Por eso, Almendarez convocó a una caravana para que, una vez liberados el jefe del movimiento campesino y otros 30 dirigentes alojados en la misma comisaría, movilizarse hasta Tegucigalpa, capital de Honduras, donde el toque de queda se cumple con menos represión de las fuerzas de seguridad. (Telam)