La afinidad idiomática y territorial es el principal disparador de la socialización a través de las redes y el diálogo global es hoy más una aspiración que una realidad, explica el autor de Cultura mainstream, más allá de que se pongan a disposición contenidos que rápidamente se viralizan y permiten que millones de personas pueden mirar en simultáneo un mismo video por YouTube.
La tesis central de Martel es que la masividad no constituye necesariamente una oportunidad para el intercambio social o la interacción de culturas: así, aunque Facebook tiene más de 1.000 millones de usuarios alrededor del mundo la mayoría de los usuarios sólo se contactan con personas próximas, en un itinerario marcado tanto por la agenda actual como por las referencias del pasado.
"Contrariamente a lo que pensamos, el riesgo de especialización y de reforzar los ví­nculos comunitarios ya establecidos existe y es muy grande en internet. ¿Pero por qué? Porque internet refleja la vida, nuestra manera de vivir y desde ese punto de vista nos cambia menos de lo que creemos", indica.
Así­, cada internet es un vehí­culo de autoafirmación de las comunidades, que pueden venir determinadas por el territorio, la lengua, la religión o la esfera cultural, entre otras.
Fuente: Télam