Así se desprende de un estudio realizado por las filiales de la consultora internacional KPMG, bautizada como una de las Big Four, junto a las otras tres estrellas en su rubro: Deloitte, PricewaterhouseCoopers y Ernst & Young, según una nota publicada por el diario El Cronista Comercial.
Entre los principales usos está el envío de correos electrónicos, mensajería instantánea (chat) y acceso a noticias e información, de acuerdo a lo que se desprende del estudio.
Para el trabajo se tomó una muestra de 4190 personas, todos propietarios de computadoras de mano (PDAs) o terminales de telefonía celular BlackBerry, que permiten acceder al e-mail laboral, y en el país se relevó a unas 250 personas, precisó Diego Medone, director de Marketing de KPMG Argentina.
A nivel mundial se destacó que los usuarios encuestados se conectan más desde sus hogares (10,8 horas) y oficinas (7,9 horas). El uso de los teléfonos móviles para acceder a la Red de redes sigue siendo limitado, destaca el informe, pese a que tomó un universo de portadores de estos equipos.
Canadá y Estados Unidos son los países que exhibieron mayor permanencia: 25,9 horas, contra 10,3 horas del Medio Oriente y África.
El segmento etáreo de mayor consumo es el de entre 35 y 44 años (22,5 horas); mientras que los pertenecientes a los de más de 55 años están unas 17,9 horas.
“Este índice tiene utilidad para distintas cosas. Por un lado, en lo que tiene que ver con las compañías, pertenezcan o no al ámbito de las comunicaciones, ya que demuestra la habitualidad de comportamiento frente a, por ejemplo, la publicidad on line”, destacó Medone.
“En un comienzo nos tomó por sorpresa, porque nos parecía poco, pero lo que se mide es el tiempo efectivo de interacción”, agregó.
Sebastián Bellagamba, uno de los pioneros en el mercado de provisión del servicio en el país y hoy presidente del capítulo argentino de Internet Society (ISOC), una organización internacional independiente sin fines de lucro fundada en 1992 para promover su desarrollo, no está sorprendido.
“Estoy 21 horas por día, más o menos, pero yo alimento a mis hijos gracias a que estoy conectado a Internet”, graficó.
“Ahora hay más cosas para hacer, cuando empecé, tenía cierto nivel de escepticismo. A fines de los ‘90 decía ‘Internet para mi mamá no sirve, porque no tiene nada para hacer con ella’. Pero hoy hay más oferta y se termina incorporando a más gente”, añadió.
De todas formas, aclaró que, en materia de conexión, el tiempo no siempre es el parámetro más rico para el análisis.
“Son más importantes los aspectos cualitativos, qué hace la gente. También es relevante la productividad, el nivel de actividad. Cómo es la interacción, si es de uno a uno, o de uno a muchos. Si es una relación comercial o para comprar cosas”, opinó.
Y develó que, a diferencia de las empresas del mercado on line que promueven la permanencia para impulsar la publicidad en Internet, para los proveedores de accesos: “el usuario ideal es que paga todos los meses una tarifa plana y no la usa, porque cada segundo de consumo produce costos incrementales”.
La necesidad de estar conectados está profundizando la tendencia a ofrecer cobertura en distintos ámbitos de consumo.
“La gente busca mucho los locales con Wi Fi. Hay personas que vienen a las 8 de la mañana y se va a las 18, inclusive vienen de a grupos, seguramente para cambiar el ámbito de trabajo”, ilustró la encargada de Segafredo Expresso, uno de los primeros cafés en incorporar conexión inalámbrica en la calle Florida, en 2004.(Telam)
