Catamarca
Jueves 18 de Abril de 2024
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Inventos geniales y problemas reales

Historias que recrean las fantasías más recurrentes de los chicos o instalan problemáticas de las que la literatura infantil solía quedar al margen identifican el prolífico registro narrativo de Cecilia Pisos, una de las invitadas más destacadas de la Feria del Libro Infantil y a su vez una de las escritoras que más libros ha publicado en lo que va del año.
Todas las variables del rubro infantil ha cubierto la autora con las novedades que llevan su firma en este 2013: mientras el público adolescente sufre a la par de la chica de 16 años que en Mar cruzado (Alfaguara) regresa a la Argentina tras un exilio de cuatro años en España, los de la infancia intermedia celebran el invento de las amigas Mía y Morena en el libro La máquina de hacer los deberes (Edelvives), donde las niñas planean cómo sacar provecho de su emprendimiento.

También han aparecido en los últimos meses los libros Querida autora, una novela juvenil editada por Norma que relata el intercambio de emails entre una escritora y su lectora favorita -además de instalar la cuestión del acoso escolar-, junto a Esto no es una caja (SM) y la reedición en tapa dura de Un cuento por donde pasa el viento (Sudamericana) y de la obra coral Había una vez y después....

La singularidad de la escritura de Pisos está asociada a su prolífica inventiva pero también a la capacidad para corporizar las fantasías infantiles, desde el niño que se convierte en perro tras desear con insistencia ocupar el lugar de la mascota familiar para eludir las obligaciones cotidianas, hasta las amigas que diseñan la máquina para resolver las tareas escolares con sólo apretar un botón.

"La capacidad de ponerse en el lugar del otro es uno de los placeres que nos da la literatura, tanto a los escritores como a los lectores. Jugar a ser otros por un rato. Por otro lado, la literatura, además del juego, debe dar pie también al pensamiento y a la reflexión", apunta Pisos en entrevista con Télam.

"Una de las cosas maravillosas que tiene escribir para chicos es el contacto cotidiano que uno puede tener con ellos. Yo voy a una escuela por semana, cuando no más. Eso me permite saber cuáles son las inquietudes, por dónde pasan las preocupaciones, qué cosas están en el aire, a qué juegan, cómo hablan... Eso mezclado con cosas de mi propia infancia van delineando los textos", agrega.

La narrativa de Pisos parece dispararse en múltiples direcciones: a la habilidad para construir historias sólidas y entretenidas, esta licenciada en Letras le suma el propósito de testimoniar los alcances de la relación entre un escritor y sus lectores, además de explorar estrategias narrativas y reflexionar sobre las trasformaciones de la infancia y la adolescencia.

"En cada libro, además de la historia en sí, busco trabajar la forma. Y me parece que de eso se trata la literatura. Siempre busco una especie de desafío de la escritura que después se traduce en un desafío de lectura: por ejemplo, poder contar una misma historia de treinta maneras diferentes fue un reto cuyos resultados puedo apreciar cuando veo en las escuelas cómo los chicos la fueron decodificando y descifrando", explica.

"Me gusta plantear cada libro como un juego pero también como una exploración de los límites de la lengua, de lo que se puede hacer con una historia y con una palabra. Este año por ejemplo publiqué en España una obra que se llama "Soplacoplas", que consiste en una exploración de la forma de la copla en la que me lancé a ver hasta dónde daba el género", apunta Pisos.

Muchas de sus obras, como Cartón y papeles -que tiene como protagonista a una niña cartonera- o Como si hubiera cruzado el mar -que instala la cuestión de la inmigración y el desarraigo- se entroncan con una tendencia que busca involucrar a los chicos en problemáticas reales, a contramano de la visión tradicional que buscaba preservarlos de los avatares de la realidad.

"Pasaron los años y hubo muchos cambios después de la última dictadura en el campo de la literatura infantil y juvenil. Hay por un lado una corriente que se apoya en un costado lúdico y por otro una línea que da cuenta de la realidad que viven los chicos, que tiene que ver con reflejar problemáticas sociales y culturales de la misma manera que busca hacerlo la literatura para adultos", explica.

Paralelamente al propósito de contar historias que generen la inmediata identificación del segmento al que van dirigidas, Pisos también se preocupa por asimilar los nuevos códigos de comunicación y los dispositivos por donde transcurre hoy el intercambio: así, antes de ser publicada en versión impresa, la novela Mar cruzado se difundió a la manera de un folletín, por capítulos que fueron apareciendo en un blog.

"Subíamos con la editora a razón de tres o cuatro capítulos por semana y lo interesante es que pusimos disposición de los lectores varios capítulos para conectarse con la escritura. En un punto, los comentarios de los lectores y los personajes se juntaban. También le dábamos la posibilidad de descargar la música que escuchaba Carolina o las menciones a las películas que les gustaba las otras generaciones", indica.

¿Cómo se reformula la relación entre lector y escritor a partir de esta posibilidad de interactuar en un mismo espacio y casi en simultáneo? "Como los lectores de infantil y juvenil estamos ya acostumbrado al contacto frecuente con los lectores por otras vías no es tan radical, aunque sí me sorprendió el ver aparecer una mayor cantidad de lectores", señala.

"Lo que noto respecto a la presencia cada vez más fuerte de la tecnología es que los períodos de atención son hoy muchos más cortos, es decir, a veces no pueden esperar a llegar al fin de una historia -explica-. Y cuando te escriben un email, esperan que se los contestes al instante, tanto que a lo mejor pasó un día y te vuelven a escribir diciendo «No me contestaste el email». Están acostumbrados a que el mundo es más instantáneo".

"Lo que no ha cambiado a partir de la presencia cada vez mayor de la tecnología es que los chicos tiene muy en claro cómo son las convenciones del género. Cuando se sumergen en una historia maravillosa nadie piensa que si el príncipe tuviera celular resolvería más rápido la situación llamando a la princesa que agarrando su caballo y recorriendo el camino lleno de peligros. Ellos saben bien que ese recorrido es parte del género", concluye Pisos.

Fuente: Télam

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