En Tokio, el minuto de silencio marcó el comienzo de un sentido y sobrio homenaje en el que participaron el emperador, Akihito, y el primer ministro, Shinzo Abe, así como los miembros de su Gabinete, evacuados y familiares de las víctimas de la que ha sido considerada como la peor tragedia del país tras la II Guerra Mundial.
Fuente: Télam