Catamarca
Miercoles 24 de Abril de 2024
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La Caja Negra de la Zona Norte

En Qué paja ir al centro, el escritor, redactor publicitario y productor Martín Wilson trabaja con dos historias cruzadas y cantidad de personajes cierta idea de la zona norte del Gran Buenos Aires que hace estallar algunos prejuicios afincados sobre sus habitantes y sus hábitos acaso porque no puede narrarse de otra manera.
El libro, publicado por la editorial Notanpuan -asociada a la Boutique del libro de San Isidro, es el último de una serie que incluye a narradores como Luis Mey, Claudia Aboaf y Damián Huergo, entre otros.

Wilson nació en Buenos Aires en 1975, hijo de una inglesa y descendiente de escoceses; vivió en Madrid y La Habana. Publicó la novela El que no salta es un inglés y envió miles de poemas por correo electrónico.

Esta es la conversación que sostuvo con Télam.

T : ¿Qué clase de personajes quisiste retratar en la novela, si es que ese era uno de los objetivos de su escritura?
W : Los personajes van apareciendo. No son parte de un plan. Es extraño como funciona la cabeza a veces. A algunos los invito a la mesa, a otros no. Supongo que muchos están cerca en mi vida, a otros los miro de lejos. Quise construir arquetipos por distintas razones aunque tal vez parte de ciertas personalidades ya estaban diseñadas. Que sé yo. Es raro que alguien que se dedica a la publicidad y/o la tele haya elegido dos temas invendibles; digo ... me puse hablar de algo que en principio invita al prejuicio, lo anglo y la zona norte (san isidro) un franja que alberga mucha tarasca, la crema, mucha mansión, mucho aro de básquet portón eléctrico y golden retriever. Pero hay más; en silencio hay villas, hay comercios de un lado de la vías, está lo venido a menos, el cambio de manos de la plata, eso: hay una clase media alta venida a menos (que me interesó retratar/ la vida como un sube y baja). Para no hacerla tan extensa quise retratar a los personajes de mi caja negra, de mi vuelo de semi cabotaje en particular que es vivir en zona norte y mis orígenes, lo que conozco de cerca. Todos los personajes tienen cosas de todo de todos, de gente que conozco , mías también. Hay espacios de tiempo distintos. Un tipo fuma mucho porque el ejército le dice que eso le da valor y coraje y que están ricos los puchos, el otro siempre está queriendo dejar de fumar, y siempre deja de fumar hace una semana. Los vicios están ahí. Con algo hay que darse parece ser, una pena y sino buscate un mapa y salí a correr. Son personas que van perdiendo jugadores, y no se dan cuenta. Son las voces en tu cabeza (en la mía) y el mapa... Es todo un google earth, localizado.

T : En cualquier caso, para alguien con tu experiencia como guionista (un escritor, al fin), ¿qué es la literatura?
W : Escritor es otra cosa para mí. Me parece una palabra muy grande, pero me gusta eh. Yo, escritor. Que bueno cuando viajás y llenás los formularios poner esas cosas, no sé: escultor, escritor, poeta.. Yo soy un boludo que manda mails o un redactor que escribe slogans, títulos para programas, algún guión que otro (ninguno que digamos ahhhhhh). Me gusta escribir, me sale. Yo vivo la literatura leyendo y manteniéndome lo más lejos posible de escritores. Hay una verdad y es que tengo un grupo divino de amigos escritores: Santiago Llach, Julieta Mortati, La Vasca Maga Etchebarne, Sebastián García Uldry, Tullio y Pablo Otonello.Yo les digo el grupo duro o el ala derecha de cancherismo mágico para joder ¡y nos reímos! Pero intentamos ni vernos. o relacionarnos más de otra manera. La litetarura para mí es leer y leer. No es algo grupal, Es no querer hablar, es estar solo. Escribir boludeces a la mañana. Escribirle un poema a una actriz para robarle una nota o a una chica del trabajo para que me de bola. Para lo grupal está el metegol, el fútbol. No sé, juntarme con personas y hablar de literatura me incomoda, todo muy para adentro. Imaginate un cumpleaños de escritores, es más aburrido que salir de joda con Messi. Son formas de entretenimiento distintos. Donde vivo los domingos se juntan a ver un película y después debaten, una locura importante, pero debe funcionar como un buen solos y solas.

T : ¿Qué te permitió contar el cruce de historias que no hubiera sido posible bajo otro formato?
W : El cruce de historias no es una estrategia. Yo por un lado tenía un necesidad de contar algo de la 2da guerra mundial (me gusta decirle la 2da copa del mundo) quería homenajear mi historia materna. En ese personaje hay un entertainer que cuenta lo que ve en un pasado y un infierno pavimentado de buenas intenciones. Lo más duro de la guerra es lo que no se cuenta, los tipos que mataste sin querer, supongo. A ese pasado lo uno con mi presente porque se puede unir perfectamente. Lo que que parece un diario de guerra son cartas que en un momento son contadas por un pibe que trabaja en una productora. Como si fuera un flaco que mencionó alguna vez a un abuelo y la guerra. Todos tenemos guerras en el pasado, en todos nuestros orígenes, todos: tenemos guerras, es un quilombo. Nuestros antepasados sufrieron mucho. Imaginate las fotos que hubieran subido a facebook o los instagram.

T : La novela deja un regusto amargo, cierta melancolía, pero a la vez tiene zonas muy divertidas. Ese contraste, ¿es deliberado, obedece a cierto imperativo o salió así?
W : Es casual. tal vez sea bipolar y no me haya dado cuenta. la ciclotimia está. Los humores cambian. Como cambian los estados unidos de ánimos, ¿no? Al ser un especie de rompecabezas tal vez se nota más. En una oficina como en un bar, durante determinada cantidad de tiempo, se viven miles de emociones (parece un slogan ) pero se viven y conviven miles de estados independientes que conviven y chocan. Una locura, ¡un médico por ahí, un psicólogo!

T : Notanpuan, ¿remite a algo de la institución universitaria o es una ocurrencia?
W : Notanpuan es una ocurrencia muy simpática de Fernando Perez Morales fundador y dueño de la editorial. Y su idea era un poco darle cabida a autores de las afueras de la periferia de Letras y bellas artes. pero igual es inclusivo. Es como un chiste. No tan bellas artes, no tan egresado de Letras. Abre la cancha e invita también a los que escriben desde otro lugar, sin tanta solemnidad tal vez.

T : Finalmente, algo sobre los personajes femeninos, consistentes, decididos, inciertos. ¿Cuál es la clave que esconden?
W : Son las minas que me duelen. Las que me dejaron. Y las que me gustan. Creo que si no existieran las mujeres ni me levanto de la cama a a la mañana. Seguramente aparecen muchas porque las adoro, y como suele pasar hay cien volando y no hay especificidad, no está la mujer porque están ahí ...100 volando y casi ninguna en mano. Hay recuerdos. El amor me mata. Había una que se llamaba Ana y nunca más la ví. Qué raro que no aparece en la novela. Tal vez sean decididas porque tienen más seguridad que yo, me contienen. Las mujeres contienen, ahí adentro aprendimos a nadar. Debe estar el efecto madre también por ahí. También está escondida la abuela, una figura muy importante en mi vida. Me daba paz. Joan, Juana, vivió en la Patagonia, su familia trabajaba para propietarios de estancias. Con la guerra volvió a la islas, allá arriba. Me acuerdo de mi mamá despidiédose de ella por teléfono una noche desde acá. Yo escuchaba desde otro tubo y no me salían las palabras.





Fuente: Télam

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