El Episcopado difundió un documento, titulado Reflexiones sobre la megaminería, con estas y otras “preocupaciones y propuestas” ante las “recurrentes versiones de un incremento en la exploración y en la explotación minera” en Chubut.
Allí expresan que “no nos oponemos a la actividad minera en sí que, en determinadas condiciones y con determinadas tecnologías, nos suministran muchos bienes necesarios para el funcionamiento del sistema económico y social del país”, pero si “nos oponemos a la megaminería o minería a cielo abierto, con uso de explosivos y de insumos tóxicos, cuyo poder de contaminación y producción de desechos traen efectos devastadores de los bienes naturales, como el agua, el suelo, el aire y la luz.”, mencionó, el obispo de Comodoro Rivadavia, monseñor Virginio Bressanelli, y las comisiones diocesanas de
Pastoral Social y de Pastoral Aborigen de esa diócesis, a quien recibió la adhesión de otros prelados, como el de Esquel, José Slaby.
Lo que “hace apetecible la inversión minera en el país” es “la laxitud de la legislación actual, y no sólo el potencial de metales existentes”. Por eso, piden “una revisión total y reformulación de la legislación minera, de los procedimientos de evaluación de impacto ambiental y de los mecanismos de las audiencias públicas para su debate”.
Es por ello que desde la Iglesia sugiere que se den más información y debates públicos que valoren los aportes de los grupos interesados en la salvaguardia del ambiente y de la biodiversidad, y que se instrumente una red de monitoreo ambiental.
Fuente: El independiente