Se trata de una joya única, confeccionada con oro, piedras preciosas y semipreciosas: brillantes, rubíes, granates, rodocrosita (piedra semipreciosa que identifica a nuestra provincia), cubic, entre otros elementos. El material utilizado para su confección fue donado por particulares y sacerdotes.
Sobre el estilo de la Corona, Carlos Martel explicó que “a diferencia de la confeccionada para la Coronación, hecha en Francia, esta Corona tiene un estilo localistas, con iconografía indígena representando a los primeros hombres y mujeres de esta tierra, que veneraron a la Imagen”. De esta manera, se plasmaron los cuatro elementos de la naturaleza desde la cosmovisión aborigen: la tierra (suri), el agua (rana), el fuego (sol) y el aire (cóndor).
“El diseño -dijo Martel- representa la esencia misma de Catamarca, con su flora y sus minerales. En cuanto a la iconografía eclesiástica se destacan el Mundo y la Cruz que corona el mundo, y la Custodia simbolizada con dos cubic (piedras blancas)”.
Los orfebres Carlos Martel (oriundo de Belén) y Cristina Parodi son asesores y docentes de la Escuela de Orfebrería de Catamarca, y están radicados en Buenos Aires. Ellos tuvieron el privilegio de confeccionar la joya, tarea que les demandó 7 meses, ya que “mi señora y yo la realizamos en los tiempos libres, y cada diseño requiere un tiempo de elaboración, incluyendo los cambios que se producen en la marcha”.
Respecto al significado de esta labor privilegiada para ambos, comentó que “desde el momento en que nos encomendaron la tarea, nosotros quisimos regalarle a la Virgen nuestro trabajo. Es algo maravilloso, muy grande, que lo vivimos con mucha devoción”.
Fue una breve y emotiva ceremonia, realizada en un ambiente de respeto y profunda fe a la Reina del Valle, quien luce ya su nueva Corona.