Catamarca
Jueves 18 de Abril de 2024
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La V Conferencia convocó a una Gran Misión Continental

Los obispos latinoamericanos lanzaron una Gran Misión Continental, que será permanente y profunda para llegar a todos, y tendrá como objetivo “buscar a los católicos alejados y de los que poco o nada conocen a Jesucristo, para que formemos con alegría la comunidad de amor de nuestro Padre Dios”.
“Queremos abrazar a todo el continente para transmitirles el amor de Dios y el nuestro”, subrayaron en el Mensaje Final a los Pueblos que efectuó la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, al término de sus deliberaciones en el santuario mariano brasileño de Aparecida.
Tras recordar, parafraseando el lema de la cumbre continental, que “todos en la Iglesia estamos llamados a ser discípulos y misioneros”, consideraron que “es necesario formarnos y formar a todo el Pueblo de Dios para cumplir con responsabilidad y audacia esta tarea”.
“Nos proponemos reforzar nuestra presencia y cercanía. Por eso, en nuestro servicio pastoral, invitamos a dedicarle más tiempo a cada persona, escucharla, estar a su lado en sus acontecimientos importantes y ayudar a buscar con ella las respuestas a sus necesidades. Hagamos que todos, al ser valorados, puedan sentirse en la Iglesia como en su propia casa”, subrayaron.
Asimismo, alentaron a ser “misioneros del Evangelio no sólo con la palabra sino sobre todo con nuestra propia vida, entregándola en el servicio, inclusive hasta el martirio” y llamaron a insertarse en la sociedad para hacer “visible nuestro amor y solidaridad fraterna y promovamos el diálogo con los diferentes actores sociales y religiosos. En una sociedad cada vez más plural, seamos integradores de fuerzas en la construcción de un mundo más justo, reconciliado y solidario”.

Servidores de la mesa compartida

Ante las “agudas diferencias entre ricos y pobres”, invitaron a “trabajar con mayor empeño en ser discípulos que saben compartir la mesa de la vida, mesa de todos los hijos e hijas del Padre, mesa abierta, incluyente, en la que no falte nadie. Por eso reafirmamos nuestra opción preferencial y evangélica por los pobres”.
También a “comprometerse a defender a los más débiles, especialmente a los niños, enfermos, discapacitados, jóvenes en situaciones de riesgo, ancianos, presos, migrantes. Velamos por el respeto al derecho que tienen los pueblos de defender y promover ‘los valores subyacentes en todos los estratos sociales, especialmente en los pueblos indígenas’ (Benedicto XVI, Discurso Guarulhos No.4). Queremos contribuir para garantizar condiciones de vida digna: salud, alimentación, educación, vivienda y trabajo para todos.
“La fidelidad a Jesús nos exige combatir los males que dañan o destruyen la vida, como el aborto, las guerras, el secuestro, la violencia armada, el terrorismo, la explotación sexual y el narcotráfico”, aseveraron, al tiempo que exhortaron a “todos los dirigentes de nuestras naciones a defender la verdad y a velar por el inviolable y sagrado derecho a la vida y la dignidad de la persona humana, desde su concepción hasta su muerte natural”.
Los obispos latinoamericanos pusieron a disposición de sus países “los esfuerzos pastorales de la Iglesia para aportar en la promoción de una cultura de la honestidad que subsane la raíz de las diversas formas de violencia, enriquecimiento ilícito y corrupción”, e instaron a que, en coherencia con el proyecto del Padre creador, todas las fuerzas vivas de la sociedad cuiden "nuestra casa común, la tierra, amenazada de destrucción”.

    “Queremos favorecer un desarrollo humano y sostenible basado en la justa distribución de las riquezas y la comunión de los bienes entre todos los pueblos”, puntualizaron.

Oración de compromiso
     Por último, los prelados reunidos elevaron una oración de compromiso a Nuestra Señora Aparecida y a Nuestra Señora de Guadalupe, en la que dicen creer y esperar:
    "Ser una Iglesia viva, fiel y creíble que se alimenta en la Palabra de Dios y en la Eucaristía.
    Vivir nuestro ser cristiano con alegría y convicción como discípulos-misioneros de Jesucristo.
    Formar comunidades vivas que alimenten la fe e impulsen la acción misionera.
    Valorar las diversas organizaciones eclesiales en espíritu de comunión.
    Promover un laicado maduro, corresponsable con la misión de anunciar y hacer visible el Reino de Dios.
    Impulsar la participación activa de la mujer en la sociedad y en la Iglesia.
    Mantener con renovado esfuerzo nuestra opción preferencial y evangélica por los pobres
     Acompañar a los jóvenes en su formación y búsqueda de identidad, vocación y misión, renovando nuestra opción por ellos.
    Trabajar con todas las personas de buena voluntad en la construcción del Reino.
    Fortalecer con audacia la pastoral de la familia y de la vida.
    Valorar y respetar nuestros pueblos indígenas y afrodescendientes.
    Avanzar en el diálogo ecuménico “para que todos sean uno”, como también en eldiálogo interreligioso.
    Hacer de este continente un modelo de reconciliación, de justicia y de paz.
    Cuidar la creación, casa de todos en fidelidad al proyecto de Dios.
    Colaborar en la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe.
    ¡Que este Continente de la esperanza también sea el Continente del amor, de la vida y de la paz!"+

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