Borges, el escritor que mejor pensó el tema del tiempo y lo convirtió en una forma de hacer literatura, es el centro de esta muestra donde, inevitablemente, se impone "El Aleph", ese "punto que contiene todos los puntos del universo", así como Museo de la Novela de la Eterna, de Macedonio Fernández, El banquete de Severo Arcángelo, de Leopoldo Marechal, La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares y La ciudad ausente, de Piglia.
Pero la muestra va más allá de la experiencia argentina: hay referencias a John W. Dunne, Auguste Blanqui, Fritz Lang y Friedrich Nietzsche, entre otros autores, filósofos y artistas que se ven reflejados en una instalación que dialoga con lo cinematográfico, el futurismo, la idea de inmortalidad y la ciencia ficción.
En la inauguración de la muestra participaron el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, la crítica literaria Soledad Quereilhac, el cineasta Andrés Di Tella y la directora del Museo, María Pía López.
Refiriéndose a la exposición González sostuvo que en ella "se hace fuerte la pregunta sobre la continuidad, traducción y pertenencia entre las artes, específicamente entre la literatura y el cine. También podemos agregar la escultura y los parques de diversiones, que son una forma del movimiento y del azar. Lo que ocurre en el museo en este momento es un imposible".
Fuente: Télam