Como se sabe algunas calles y veredas son demasiado angostas por la construcción antigua de la ciudad, pero no podía haberse previsto esto antes de encarar la obra?
De la misma forma sucede en la calle Ayacucho, donde una empresa de telefonía realiza arreglos, presuntamente para mejorar el servicio, pero también obliga a los peatones a descender la vereda y sortear estos molestos obstáculos.
Son muchos los reclamos que se pueden hacer pero siempre parece haber algo más importante que absorbe toda la atención de la sociedad, que sin percatarse termina aceptando atropellos.
Tendremos que esperar a que obras como estas y muchas más, que se diseminan en toda la ciudad, culminen o realmente habrá una respuesta favorable por parte de las autoridades encargadas de controlar este tipo de transgresiones. Al parecer solo el tiempo curará malos ratos pasados por deberes incumplidos de otros.