Si bien cada rodado incautado tiene su propio expediente y monto de la multa a pagar por su propietario difiere, el promedio fue de $ 600, expuso el juez de Faltas municipal, José Sánchez Gerez.
Durante ese lapso, hubo dos incrementos sustanciales en los montos aplicados a quienes infringieron las normas de tránsito, básicamente quienes protagonizaban las “picadas”.
El Código de Faltas establece una determinada cantidad de módulos para quien participe en carreras en la vía pública. Antes de los megaoperativos, ese valor equivalía a $ 300. Luego pasó a $ 600 y a partir del incremento salarial de los empleados municipales se ubicó en $ 856.
Cabe apuntar que cada módulo equivale al 12% del salario básico de un empleado municipal de la categoría 3, que es de $ 107.
Algunos motociclistas tuvieron que pagar sumas superiores a las mencionadas, porque se agregaron a las “picadas” otras infracciones, como la falta de espejos y luces reglamentarias; no usar casco protector; carecer de la documentación personal y del rodado para circular; haber colocado un caño de escape sin silenciador, etc.
En ese marco, el magistrado sostuvo que “la mayoría (de los conductores) tenía problemas con la documentación del rodado, porque no pueden justificar la posesión de buena fe de la unidad”.
Al pedir informes a la División Sustracción de Automotores sobre los rodados secuestrados preventivamente, se detectó que dos de ellos habían sido denunciados como robados por sus propietarios.
Por otra parte, quienes arrojaron resultado positivo en el control de alcoholemia tienen una sanción económica más dura, ya que la multa es de $ 1.027.
Asimismo, el juez reconoció que ya se dieron algunos casos de reincidencia, es decir, motociclistas a los que se les secuestró su rodado por alguna de las causas enunciadas anteriormente.
En ese caso, la infracción se incrementa en un 70%, que en la práctica representa para el sancionado abonar $ 1.284.
Fuente: elliberalweb.com.ar
