Al inicio de la Liturgia, representantes de la comunidad dirigieron palabras de despedida al P. Amaya en las que agradecieron su testimonio y compañía durante estos años y recibieron con mucha esperanza y alegría al joven sacerdote que lo sucedió. En nombre de todos los fieles presentes se pusieron a su disposición para trabajar juntos por el Reino de Dios.
Durante su homilía, el Obispo destacó la tarea realizada por el P. Amaya y animó a la comunidad a recibir al nuevo sacerdote como al mismo Jesús, resaltando que los sacerdotes son padres para cada uno y que ése debe ser el trato y el respeto que deben manifestarles. El Pastor Diocesano recordó a los fieles que es una bendición tener un párroco, y los instó a rezar abundantemente por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Les encomendó especialmente que cuiden y recen por el P. Eugenio, quien aceptó el desafío de ser pastor de esa porción del rebaño de Jesús y guiarlo con amor de padre y hermano mayor, siendo ésta su primera experiencia como párroco.
En esta celebración el P. Eugenio Pachado renovó la profesión de fe y obediencia al Obispo. En el momento de la presentación de las ofrendas, el nuevo párroco recibió el cáliz y la patena, como también las llaves del Sagrario, junto con el mandato de velar porque siempre esté su luz encendida y promover la Adoración Eucarística.