La bióloga Teresita Lomáscolo aceptó la propuesta: recorrer parte del lecho del arroyo Las Cañas y del río Muerto para analizar el impacto de esta actividad. La caminata con la gerenta del Bosque Modelo Tucumán (programa que depende de la Nación y que propone el uso del territorio y de los recursos naturales de manera sustentable y participativa) arrancó a la altura del dispensario y terminó en el puente de la ruta 340, en El Corte.
El informe preliminar que realizaron los ingenieros de la Facultad de Ciencias Exactas sobre la extracción de áridos fue categórico: advirtió que hay sobreexplotación, que la actividad se realiza anárquicamente y que no resulta claro qué institución la controla. Por esas y otras razones recomendó que se la suspenda.
A simple vista es impactante la transformación que esta explotación ha causado en el ambiente original: pozos de distintas profundidades, material amontonado en las márgenes del río y huellas de los vehículos permiten advertir dónde funcionaron canteras. Ayer solo había una criba (elemento que permite separar los áridos) en pie. Estaba en un arroyo que baja desde la ladera este de la sierra y que confluye con el río.
La apariencia de ese afluente es un claro ejemplo de cómo la actividad modificó el ambiente. Desde la criba hacia el oeste, el cauce original es más angosto y la vegetación, cerrada. Hacia el este, el lecho ha sido ensanchado y alisado para que los camiones puedan transitarlo. Y los áridos que no se utilizan fueron amontonados en los costados.
Como si la intención hubiese sido contradecir al secretario de Bienestar Universitario de la UNT, Mauricio Argiró, quien había dicho que la extracción estaba suspendida, una máquina llegó hasta la cantera justo cuando LA GACETA y Lomáscolo la recorrían. Más tarde, apareció un camión desde la ruta 340 y se retiró con la caja llena de ripio.
Necesidad con límite
La bióloga y magister en Biología Tropical hizo una aclaración: la explotación de canteras húmedas nace de la misma necesidad del río. Los áridos que se acumulan durante determinados momentos del año deben ser removidos. "La extracción evita que se colmate. Pero todo tiene un límite", apuntó. Mientras la máquina llegaba a la cantera del arroyo, Lomáscolo detalló: "las características geomorfológicas del suelo han cambiado. Posiblemente esto repercuta en el movimiento del agua. Es decir, las características hidrológicas también han sido modificadas".
La gerenta del Bosque Modelo Tucumán agregó que se deberían realizar estudios para determinar si también se produjeron impactos en la biodiversidad de la zona. "En otras partes del río la cobertura vegetal es mayor. En cambio, acá el ambiente es muy abierto. Habría que estudiar qué animales fueron afectados por los ruidos, por la presencia de personas que entran y salen permanentemente y por los cambios en el hábitat", enumeró.
En medio de las huellas de camiones y máquinas excavadores se impuso una pregunta ¿es posible realizar esta actividad, pero de manera sustentable? Lomáscolo respondió que sí, pero que hay que cumplir determinadas pautas. "Cualquier emprendimiento productivo en el que estén involucrados los recursos naturales debe ser planificado y su magnitud debe ser comparada con las condiciones que ofrece ese ambiente. Es decir, yo saco lo que necesito, pero dejo el ambiente en condiciones similares a las que lo encontré para que en el futuro se pueda seguir utilizando el recurso. Eso es aprovechamiento sustentable", ilustró.
En el medio del lecho convertido en camino para camiones cuesta creer que sea eso lo que ocurre en el río Muerto.
Fuente: lagaceta.com.ar
