En todos los casos, previa a la instalación del acceso gratuito, la policía desmanteló las redes de televisión e internet que funcionaban de manera clandestina.
Autoridades del estado de Río de Janeiro explicaron que de esta manera se abre una puerta legal al mundo digital, dado que la mayoría de los habitantes de las favelas pueden llegar a comprar una computadora pero no tienen capacidad para pagar la cuota de servicio.