"Como ya es común, mi ómnibus con el cartel Bulnes de la Línea 9 llegó tras 27 minutos de espera en la parada, y luego de que pasaran dos micros de la misma empresa pero con otro recorrido. Por ello, no me sorprendió la brusca manera de manejar del chofer, puesto que estaba retrasado y, obviamente, debía recuperar el tiempo perdido", prosiguió el lector.
"Tampoco me llamó la atención que pasara los semáforos en amarillo/rojo (más rojo que amarillo). Mucho menos, que en cada esquina los peatones tuvieran que apurar su paso para evitar ser atropellados por el bólido, aunque iban por su senda", continuó.
Sin embargo, lo que sí sobresaltó a este ciudadano y -según su descripción- al resto de los pasajeros, fue que en Muñecas al 800 el micro "se llevara puesto" el espejo retrovisor de un vehículo. "Todos pensamos que se detendría para explicarle al conductor lo sucedido. Pero esto no pasó"...
"Entonces, la conductora del auto se puso en marcha y alcanzó al ómnibus en la parada de la plaza Urquiza. Le cruzó el coche, pero el colectivero hizo una brusca maniobra, durante la cual puso en peligro a un motociclista, y emprendió un cobarde escape, que incluyó que pasara el semáforo de la avenida en rojo", añadió.
Finalmente, -de acuerdo a lo señalado por Solís- la mujer pudo alcanzar al micro y, cuando la pobre damnificada se bajó para pedir explicaciones, el hombre le contestó: "eso te pasa por estacionar en doble fila". Luego, ante la mirada atónita de los viajeros, lanzó risotas.
Solís adjuntó una fotografía del conductor del interno 25 y del boleto. "Pido disculpas por la calidad de la imagen. Salió un poco movida debido a la delicadeza del viaje", concluyó, e instó a las autoridades a tomar medidas con respecto a lo ocurrido. LA GACETA ©