Sus cuentos forman parte de diversas antologí­as nacionales e internacionales. En 2011 fue elegida por la Feria del Libro de Guadalajara como uno de los 25 Secretos mejor guardados de la literatura latinoamericana.
Temas como la memoria, los sueños, la resignificación de los recuerdos o las marcas que deja la dictadura militar, están presentes en tu novela ¿Cuál fue el disparador de esta historia?
Es la propia vivencia, o las huellas de esa vivencia pasada. La niña y la adolescente que fui, creció y se armó en esos extraños y pegajosos años, que cuesta tanto sacárselos de encima. La historia que sirve de hilo conductor a todos estos recuerdos y retazos de memoria de este grupo de niños, es una historia real. La historia de Estrella González, una compañera de nuestro curso en el liceo, quien era hija de un ahora conocido ejecutor de la dictadura.
Agrupados bajo el influjo de Estrella González irrumpen en el texto los alumnos de un liceo durante la dictadura de Pinochet, una época difícil de recordar ¿Es por esto que los personajes reconstruyen esos días desde un mundo onírico?
La memoria y los recuerdos son tan exclusivos y personales como los sueños. Cuando quise reconstruir la historia y conversé con algunas de mis compañeras de esos años, me di cuenta que cada una recordaba distinto. Había un patrón objetivo en lo general, pero en lo particular todo era muy diferente.
El desenfoque de los sueños y la imprecisión de los recuerdos están hilvanados con el mismo material: hilo de aire. Un hilo tan difícil de controlar y de materializar. El mundo onírico en el que se mueve la historia obedece a eso, a la naturaleza de los recuerdos más que a la dificultad de narrar los años en los que transcurre la novela.
Fuente: Télam