"Los frentes ígneos están bajo control", remarcó el funcionario, quien indicó que el descenso de la temperatura permitirá trabajar con mayor calma, aunque el alerta no se interrumpirá. "Lo más importante es que los rescatistas, que batallaron durante 48 hroas, tendrán un gran alivio y podrán descansar. Además, se podrán reparar las cisternas y los equipos averiadas", señaló.
En las próximas horas, se recorrerán las zonas afectadas para detectar si la lluvia fue suficiente para mitigar las llamas. "Primero detectaremos si en los sectores con viviendas quedan troncos o materiales que puedan convertirse en potenciales focos. Lo mismo haremos en el área de piedemonte", subrayóTorres.
Los incendios se avivaron ayer a la madrugada a causa del viento caliente y en Villa Nougués hubo gran preocupación, porque los bomberos tuvieron que trabajar a 200 metros de las casas. La diversidad de frentes ígneos que se activaron desbordó a los socorristas y agotó la capacidad operativa de los 11 cuarteles que hay en la provincia, según lo que indicó el jefe del cuerpo de Lules, Juan Bertolini.
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