Esta pintoresca localidad, que cuenta con unos 15 mil habitantes, está recostada sobre el valle de la doble cadena de las sierras de Cura-Maral, en un marco de planicies de diversos colores y colinas agrestes, en el que pasa el arroyo homónimo, que atraviesa la ciudad en su flanco oeste.
Un 4 de diciembre de 1884, unas 40 familias aveyronesas que habían llegado de Francia buscando tranquilidad y sobre todo la paz con los indígenas de la región, se afianzaron en el paraje denominado Pi-Hue, vocablo araucano que significa lugar de reunión o parlamento. (Télam)