Catamarca
Jueves 25 de Abril de 2024
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La masa es al hombre, lo que la foulé es a la mujer

El psicoanalista argentino (radicado en Francia) Juan Pablo Lucchelli, y su colega Fabián Fajnwaks trabajaron junto al filósofo francés Jean-Claude Milner en Claridad de todo, de Lacan a Marx, de Aristóteles a Mao, rearmando un recorrido que atraviesa el espinel del aparato discursivo de los estudiantes parisinos que durante los sesenta, eligieron como maestro al psicoanalista Jacques Lacan.
El libro, publicado por la editorial Manantial, se compone de varias entrevistas donde el investigador galo reconstruye parte de su recorrido intelectual, y hace hincapié sobre el fenómeno de las masas contemporáneas, en sus vertientes masculina y femenenina.

Lucchelli también es psiquiatra y docente, analista de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL), de la Escuela de la Causa Freudiana (ECF) y miembro de la Asociación Mundial del Psicoanálisis (AMP).
Esta es la conversación que tuvo con Télam desde su estudio francés.

T : A grandes rasgos, ¿cómo es la experiencia de trabajar en un libro con Jean-Claude Milner?
JPL : Es una de las mejores cosas que me ocurrieron. Sobre todo porque vi trabajar, elaborar un texto, retomar una y otra vez sobre lo que creíamos terminado, es decir, una verdadera experiencia de investigación y de llevar las cosas hasta el límite del saber. Aprendí mucho y desde entonces no escribo mis libros de la misma manera que antes. Hubo una primera entrevista con él, me pareció genial y me dije: hay que hacer un libro. Había que repetir la experiencia, no iba a ser solo una mera repetición.

T : En cualquier caso, ¿qué cuestión, de las que trató en el libro, te resultó más clara para tus investigaciones o quizá mejor: cuál de esas cuestiones resultó más fructífera, y por qué?
L : En Claridad de todo, Milner se refiere al saber en serie. La idea es que este saber puede aplicarse a cualquier objeto. Incluso a las series de televisión. Cuando Milner me envió su anteúltimo libro, sobre Harry Potter, le agradecí y le dije confirmo que usted no le teme a nada. Se trata del dispositivo que él denomina plus de savoir y que ataca cualquier saber constituido, lo que Lacan llama el discurso universitario, para llevarlo a un punto no diría de no-saber, como el Sócrates de Platón, sino más bien de un saber suplementario, imprevisto. En este sentido, la puesta en abismo de los clásicos, me referí a Platón, con la ciencia moderna y todo lo que declina de este corte, me pareció uno de los puntos salientes.

T : ¿Sobre qué aspectos de la masa trabaja ahora Milner?
L : Lo que le interesa es el fenómeno de la foule (no hay traducción de esta palabra al castellano): como diferente de las masas. Freud se inspira en Gustave Le Bon, quien emplea la palabra foule: Freud traduce la palabra por masas. Pero el fenómeno de la foule corresponde no tanto a las instituciones que estudia Freud (la Iglesia y el Ejercito) sino más bien a los movimientos inesperados, por ejemplo, los estallidos sociales, etc., que no se alinean tanto con la voz de un jefe (sea el Papa, Perón o De Gaulle) sino que participan de fenómenos más periféricos, que pasan por fuera del jefe precisamente. El ejemplo que da Milner es argentino: la voz del jefe bajo la figura de Perón, el grito de la mujer, como lo que enardece a la masa, en la figura de Evita. Nunca mejor dicho: conocemos los discursos de Perón que tendían a tranquilizar a la Plaza (basta recordar el famoso que se calle el del bombo) como también los gritos de Evita al finalizar ciertos discursos populares. La masa es al hombre, lo que la foule es a la mujer.

T : Las grandes concentraciones religiosas del mundo de hoy, ¿cómo se pueden pensar desde una orientación lacaniana?
L : Explicaciones lacanianas hay muchas: decadencia de la imago paterna, estallido o enjambres sociales como una de las consecuencias, etc., en el sentido de poder identificar a algo estable la inestabilidad y la inconmensurabilidad propia del ser hablante. Dicho de otro modo: nos quedamos sin Dios, pero ¿sería más eficaz un sexólogo que el Corán para explicar lo que no funciona entre un hombre y una mujer? A arbitrario, arbitrario y medio. Para retomar lo que decía antes, situaría los fenómenos de concentración religiosa del lado de la voz del jefe y menos en el sentido del grito femenino. Este último se lo reservaba a algunas místicas. Hildegarde de Bingen, una mística alemana, por ejemplo, compuso una obra musical hecha de gritos.

Fuente: Télam

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