Asimismo, agregó que está llamada a ir despertando una inquietud necesaria: saber sobre la fe que profesamos y buscar entenderla. Para ello, un lugar apropiado es la parroquia, donde los carismas de casa uno ayudarán a recuperar la alegría de ser cristianos, la felicidad interior de conocer a Cristo y de pertenecer a su Iglesia.
Luego concluyó diciendo: “Todos sean bienvenidos, abramos el alma a la gracia del Año de la Fe, y vayamos al encuentro de todos nuestros hermanos que están lejos y que no tienen esta experiencia de estar cerca de Dios”.
Luego invitó a los participantes a profesar la fe de la Iglesia recitando el Credo de Niceno-Constantinopolitano, y a encender las velas como signo de la luz de Cristo, que necesitamos para vivir nuestra misión de bautizados en esta vida.
También se bendijo rosarios, donados por los miembros del Apostolado de la Oración y de la Legión de María, los cuales se entregaron a los fieles con motivo del Mes del Rosario.
La celebración eucarística concluyó con un caluroso aplauso, como respuesta al saludo del Padre Manuel: "Feliz y bendecido inicio del Año de la Fe para todos”.