El vicario general, monseñor Moisés Pachado, manifestó que como es conocido por todos, las festividades en honor a la Virgen del Valle con el transcurso de los años han adquirido una gran magnitud, congregando a miles de peregrinos que llegan a su Santuario desde los más diversos puntos del país.
Es así que como Iglesia Diocesana este hecho es motivo de constante preocupación para poder brindar al peregrino de la Virgen la mejor acogida y asistencia pastoral, de modo de celebrar a la Virgen “con provecho espiritual, escuchando la Palabra de Dios, celebrando la Eucaristía y la Reconciliación, como también los servicios básicos que hacen a la atención de grandes multitudes, como ser: seguridad, asistencia sanitaria, hospedaje, etc.”.
Luego agregó que “vemos que sobre todo en estas fiestas de diciembre el Santuario es colmado en su capacidad y el peregrino no puede participar de una manera adecuada de la Santa misa, los espacios para la confesión son desbordados por tanta cantidad de gente, sumado esto a las altas temperaturas propias de la época del año.
Esta realidad también ha sido puesta de manifiesto por organismos de gobierno tanto provincial como municipal y de seguridad, expresando su preocupación y disposición para colaborar en todo lo necesario para un mejor desarrollo de las fiestas marianas”.
Ante este panorama, la Iglesia resolvió, previa consulta a los organismos eclesiales correspondientes, ir poniendo en práctica algunas modificaciones en cuanto al desarrollo en los días del novenario y a la misma procesión de la Virgen, resaltando que las mismas tienen por objetivo primario brindar al peregrino la mejor atención.