No sólo eso: además existe para el año próximo el proyecto de producir una línea de ropa patagónica exclusiva para exportación, a partir del pelo del guanaco y de la lana Merino, y de tecnificar a los aborígenes tehuelches para interesarlos en la producción, lo que sería algo así como salir al rescate de una cultura perdida.
Por esas curiosas paradojas de la tan denostada globalización, resulta que ahora los hacedores de la moda internacional apuntaron a las pieles de dos animales autóctonos, que crecen en ambos extremos del continente americano, para fabricar ropa. (Télam)