Y finalmente recordó al papa Francisco, quien había instado a la comunidad internacional a que “amplíe la protección social de los menores para acabar con esta plaga de explotación de niños. Renovemos todo nuestro empeño, en particular las familias, para garantizar a cada niño y niña la salvaguarda de su dignidad y la posibilidad de un crecimiento sano. Una infancia serena permite a los niños mirar con confianza a la vida y al futuro”.