"El problema básico es que mientras lo verdadero de quemar calorías y que usted debe quemar calorías para perder el peso. El ejercicio tiene otro efecto: esto puede estimular el hambre. Esto hace que nosotros comamos más, que a su turno puede negar las ventajas de pérdida de peso", agregó Ravussin.
"El ejercicio, en otras palabras, no necesariamente nos ayuda a perder el peso. Esto aún puede hacerlo más difícil", destacó el profesional.
En el comienzo del año la Biblioteca pública no lucrativa de Ciencia publicó un estudio notable supervisado por un colega de Ravussin, el Doctor Timothy Church. El equipo asignó a 464 mujeres demasiado pesadas que no entrenaban, elegidas al azar, en cuatro grupos. Y les pidieron a mujeres de tres de los grupos entrenar con un entrenador personal durante 72 minutos, 136 minutos, y 194 minutos por semana, respectivamente, durante seis meses.
Mientras que les dijeron a las mujeres del cuarto grupo, el grupo de control, que mantuvieran sus rutinas de actividad física habituales. Y les solicitaron a todas las mujeres no cambiar sus hábitos dietéticos y llenar los cuestionarios de síntomas médicos mensuales.
Las conclusiones fueron sorprendentes. Por regla general, las mujeres en todos los grupos, aún el grupo de control, perdieron peso, pero las mujeres que ejercieron, con un entrenador varios días por semana durante seis meses, no perdieron considerablemente más peso que las del grupo control.
Las mujeres del grupo de control pueden haber perdido el peso porque ellos llenaban aquellos registros de salud regulares, que pueden haberlos incitado a consumir menos donnuts. Algunas mujeres en cada uno de los cuatro grupos en realidad ganaron el peso, aproximadamente más de 10 libras cada uno.
