Esta patología, conocida frecuentemente como fiebre del heno, es una afección que puede deteriorar gravemente la calidad de vida de quienes la sufren, así como la de los familiares cercanos que cuidan de ellos.
Particularmente en los niños, la afección puede provocar daños, no sólo a la salud, sino también a su desarrollo social.
Esta afección se caracteriza por numerosos síntomas, que incluyen: estornudos, picazón de garganta y nariz, secreciones nasales persistentes, goteo posnasal y, en la mayoría de los casos, congestión nasal.
La congestión nasal afecta significativamente la calidad de vida, en su mayor parte a impactar negativamente el poder restaurador del sueño. La mala calidad del sueño lleva a somnolencia diurna, fatiga, indecisión y deterioro significativo del aprendizaje y la cognición.
Esto puede hacer que los niños sean tímidos, ansiosos, temerosos o, incluso, que se sientan deprimidos. Inevitablemente, si no se la trata, los síntomas también pueden llevar al ausentismo escolar.
Por ejemplo, en Estados Unidos solamente, se estima que se pierde un total de dos millones de días escolares en forma anual debido a la rinitis alérgica.
Las molestias ocasionadas por los síntomas de la rinitis alérgica y la posible alteración de la rutina diaria de las personas afectadas están respaldadas por una encuesta histórica reciente, conocida como la encuesta Alergias en América Latina (Allergies in Latin América, AILA).
La encuesta AILA es una encuesta exhaustiva nunca antes vista realizada en ocho países para analizar el impacto de la rinitis alérgica entre adultos y niños.
En ella se investigó la gama de síntomas asociados con la afección, las necesidades que los pacientes consideran insatisfechas por su medicación actual y los efectos generales en la calidad de vida.
En muchos casos, los padres suelen modificar los tratamientos de sus hijos por su cuenta (tanto para los medicamentos de venta libre como los recetados) debido a la falta de eficacia, deterioro de la eficacia, falta de alivio las 24 horas y efectos secundarios molestos.
La encuesta AILA respalda esos datos, según esta encuesta solo el 35 por ciento de los niños consideró que su medicación actual efectivamente le brindaba alivio las 24 horas y más de la mitad (51) declaró que la medicación para la alergia nasal no era lo suficientemente efectiva.
Hasta el 68 por ciento de los niños estaba simplemente descontento con su medicación actual para la alergia nasal, locual demuestra una importante necesidad insatisfecha entre los niños latinoamericanos.
Más aún, según AILA, más de la mitad de los niños latinoamericanos afectados (53) debió faltar a la escuela o debió interrumpir la asistencia a la escuela debido a los síntomas.
Además, el 33 por ciento informó una pérdida significativa de la productividad, lo cual se traduce en una disminución del rendimiento académico.
La rinitis se define como una inflamación de la membrana nasal. La rinitis alérgica comprende la inflamación de la membrana mucosa de la nariz, los ojos, las trompas de Eustaquio, el oído medio, los senos nasales y la faringe. Siempre hay compromiso nasal y los demás órganos se ven afectados en determinadas personas.
La inflamación de la membrana mucosa se caracteriza por una interacción compleja de mediadores inflamatorios pero, con el tiempo, se desencadena por una respuesta mediada por inmunoglobulina E (IgE) a una proteína extrínseca.
La afección se caracteriza por cuatro tipos principales de síntomas, a saber: picazón nasal, estornudos, rinorrea (secreciones nasales persistentes) y obstrucción nasal.
Aproximadamente un tercio de los pacientes manifiesta la afección antes de los seis años de edad.
{adr}La rinitis alérgica en sí no representa un riesgo para la vidapero es preocupante ya que predispone a las personas afectadas a otras comorbilidades, como conjuntivitis, sinusitis, otitis media y, en especial, es un importante factor de riesgo independiente para el desarrollo de asma.
La prevalencia de la rinitis alérgica muestra una alarmante tasa en aumento: en un estudio reciente realizado en Italia se predijo que para el año 2020, tanto como una de cada dos personas de hasta 14 años de edad podría ser afectada.
Con esa prevalencia proyectada, la rinitis alérgica se está convirtiendo rápidamente en la enfermedad crónica más frecuente en la población pediátrica.
La rinitis alérgica a menudo se divide en dos subcategorías: rinitis estacional y rinitis perenne, según la aparición de los síntomas durante el año. La rinitis estacional tiende a provocar síntomas en períodos específicos del año, p. ej., la fiebre del heno, es muy común durante los meses de producción de polen y esporas de hongos. Con la rinitis perenne, los pacientes permanecen completamente sintomáticos durante todo el año.
AILA reveló que el 62 por ciento de los pacientes latinoamericanos con rinitis alérgica tienen una afección estacional mientras que el 38 restante padece los síntomas durante todo el año.
Se informó que la congestión nasal es el síntoma más molesto de todos y que afecta al 54 por ciento de las personas que fueron encuestadas.
Sin embargo, la iniciativa Rinitis alérgica y su impacto en el asma, realizada en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, también propuso estas dos categorías: RA intermitente (RAI) y RA persistente (RAP) además de ‘leve’ o ‘moderada/severa’ para clasificar la severidad de los síntomas y los resultados relacionados con la calidad de vida.
Fuente/ 26noticias.com.ar
