Un ritual personal
"Cada uno tiene sus rituales para sentirse cerca. Ese duelo es igual al de cualquier persona que pierde a un ser querido. Tiene que ver con la ausencia cotidiana", describe Florencia Marchese, hija y hermana de las víctimas. "Pero en paralelo, hay una cuestión de desigualdad, que te ha cambiado la vida para siempre y que te define. Es decir, ha pasado esto, no se puede modificar pero como persona de la sociedad siento que no se debe permitir que eso quede en la nada". Florencia y su hermana Elina, en paralelo a la causa judicial (que aún sigue en etapa de investigación) organizaron campañas de educación vial y comprometieron en ellas a la Municipalidad de Yerba Buena e hicieron una ONG ("Salvate la vida").
También la familia de Pucheta quiere interesar a la sociedad en una campaña nacional "Estrellas amarillas. Sí a la vida", que comenzó el fin de semana pasado en El Cristo, donde se pintó en el pavimento una estrella. "Significa que aquí murió alguien, que podría haber sido yo, mi hijo, cualquiera; y a la vez que yo también puedo ser causante de una muerte", dice Clara Pucheta, hermana del canillita.
Aportar, no quejarse
"El dolor es un tema difícil, pero importante para la supervivencia. Si no lo trabajás no podés vivir. Uno no sabe qué más le puede pasar -agrega-. Esta experiencia me ha movilizado mucho. Creo que desde mi vivencia o desde la tristeza puedo aportar algo, aportar sin seguir la queja permanente de ’qué mal que está todo’. Como ciudadana común, creo que tengo esa fuerza ahora. Necesito transmitírsela a quienes tienen en sus manos el poder".
Pucheta es docente y piensa que se trata de respeto, un concepto que no sólo involucra la necesidad de sentirse mejor, sino la relación de cada uno con el mundo. "Respeto. Yo pongo esa palabra en el pizarrón antes de comenzar la clase. Pero desde el accidente de mi hermano esa palabra adquirió fuerza. Hay una percepción mayor de la necesidad de respeto. Desde andar por la calle y ver alguno que pasa un semáforo en rojo y eso te revuelve. Digo ’¿Cómo puede ser? Me dan ganas de salir corriendo y pararlo, concientizarlo. Creo que eso es el respeto, tratar de modificar cosas uno mismo".
Es decir, el duelo personal se vincula con una situación que está sin resolver. Lo describe Florencia: "hay un duelo social y cuando uno ve que hay personas que actúan mal y no asumen que las cosas que hacen tienen consecuencias, es un duelo muy indigno, que uno no lo puede terminar porque siempre tiene esa sensación de cosa injusta, injusta, injusta. Y uno quiere entonces modificar la realidad".
Dar pelea
¿Pero tienen efecto las campañas? Con excepción de pocos casos, como el de Susana Trimarco, mamá de Marita Verón (que logró que se modifiquen las leyes), por lo general el apoyo solidario suele decaer. "Sí, es cierto, con el tiempo tenés la sensación de que las cosas no cambian. Sigue habiendo picadas los martes y los jueves en la subida a Villa Nougués, siguen manejando a alta velocidad... pero nosotros siempre hemos tenido la posibilidad de dar pelea en esta búsqueda para que esto se termine de modo justo y podamos hacer ese duelo social", opina Florencia. Y añade: "nosotros nos hemos vinculado con el señor (Alberto) Lebbos; hemos conocido gente muy humilde, con situación económica complicada, que necesitan que sus casos se conozcan para que no quede esa cosa injusta. Creo que hay que buscar que haya justicia, que es lo único que podría hacer que ellos descansen en paz".
La fuerza de la emoción
Para Florencia, campañas como la de las estrellas amarillas "movilizan mucho más que las que puede hacer la Dirección de Tránsito, porque hay en esto una cuestión emotiva importante: dicen que esto le puede pasar a cualquiera, y presionan para que el Estado asuma un rol activo permanente".
Clara dice ella cree en el valor de la educación "y ahí la Municipalidad debe asumir su rol. Sus funcionarios deben conocer las reglas de tránsito y especializarse en el respeto por el otro. Por ejemplo, no pueden dar carnet sin examen riguroso... deben saber que el amiguismo mata gente".
Y concluye: "yo me siento utópica en esto, pero no quiero abandonar esta bandera, esta ilusión: si uno no tiene fe en que las cosas pueden cambiar, no tiene que salir de la casa".
Fuente: lagaceta.com.ar
