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Sabado 20 de Abril de 2024
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La última novela histórica de Pedro Miguel Lamet recrea la abolición de los jesuitas en el siglo XVIII

"El último jesuita", de Pedro Miguel Lamet, sitúa al lector en pleno siglo XVIII cuando el papa Clemente XIV decide suprimir la orden ante las presiones políticas de personajes tan poderosos como el rey Carlos III de España y el accionar protagónico de la Compañía de Jesús en las esferas del poder.
La llegada al trono de Pedro del papa Francisco ha puesto sobre la mira a una orden, la de los jesuitas, que históricamente jugó un rol preponderante en la Iglesia Católica, siendo vista con recelo por muchos de sus pares.

Cuando el rey Carlos III firma el decreto que entre el 1 y el 2 de abril de 1767 dio comienzo a la expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles la excusa fue que estos instigaron el motín de Esquilache, una movilización masiva ocurrida en 1766.

La revuelta por la carestía del pan y la arbitrariedad del marqués de Esquilache, empecinado en que el pueblo dejara de usar vestimentas tradicionales, desató la inquina que había con los jesuitas, acusados de la planificación de este suceso.

Pedro Miguel Lamet (Cádiz, 1941) ha publicado libros de muy diversos géneros, desde la poesía a la novela, pasando por la biografía, la historia, el ensayo y el periodismo de investigación.

Es columnista de diversos periódicos, emisoras y revistas (Radio Vaticano, cadena Cope, Radio Nacional, Pueblo, El País, Diario 16, El Globo).

Con rigor histórico, Lamet relata un episodio casi desconocido de la historia, a través de una trama novelesca que aúna los destinos contrapuestos de los hijos del secretario de consejo de Estado de Carlos III: Mateo y su hermano Javier Fonseca, religioso jesuita, que sufrirá los efectos de la expulsión de la orden.

"Es la novela histórica más dramática, rigurosa y apasionante que he escrito" (Pedro Miguel Lamet(A)



La novela, publicada en la Argentina por la editorial El Ateneo, se presenta como el relato autobiográfico de Mateo, secretario del embajador en Roma, don José Moñino (futuro conde de Floridablanca), espía del gobierno y comisario real.

Mateo es testigo del motín y de la expulsión de la orden -integrada por 5.000 sacerdotes- de todos los territorios de la Corona. Carlos III lo envía a Roma, donde toma contacto con las intrigas vaticanas y el proceso de supresión.

Pero Mateo cuenta primero sus recuerdos desde 1759, cuando era alumno en el colegio de los jesuitas de La Coruña, donde también estudiaba su hermano menor, Javier.

En Madrid decide hacerse jesuita en el noviciado de Villagarcía en 1764. Y cuando entra su hermano un año después, el lo abandona por falta de vocación. Después se casa con su prima y trabaja para Moñino.

Bajo las directrices de Moñino, Mateo viaja a la Coruña para coordinar el embarque de los jesuitas desterrados, a los que sigue hasta Córcega, el primer destino de los 5.000 sacerdotes (3.000 de España y 2.000 de América y Filipinas).

La estadía en Córcega se mantiene desde el verano de 1767 hasta el otoño de 1768, cuando los jesuitas vuelven a embarcarse hacia Génova y de ahí caminan a pie o en mula hasta varias ciudades de los Estados Pontificios: Ferrara, Bolonia, Imola, Faenza, Forli y Rímini. En esos días llega la noticia de la supresión de la Orden.

El breve de extinción, "Dominus ac redeptor", firmado por el papa Clemente XIV el 16 de agosto de 1773, es aplicado, sin dificultad, en todas partes, excepto Prusia y Rusia.

Cuando la supresión se concreta Mateo encuentra a su hermano Javier, primero en Venecia y luego gravemente enfermo en un hospital de Bolonia. Lo ayuda en su recuperación y en su viaje a la Rusia Blanca, para continuar allí su vida de jesuita, gracias a que la zarina no permite la supresión en sus territorios.

"Es la novela histórica más dramática, rigurosa y apasionante que he escrito", dijo el autor sobre esta persecución que en España "se realizó en un día y a golpe de bayoneta, salvo en el caso de Madrid que se inició el día anterior, por orden de Carlos III tras firmar Clemente XIV un ´breve´ (un decreto de menor valor que una bula) en el que decretaba la supresión de la Compañía de Jesús".

Luego de relevar gran cantidad de archivos, documentos sobre el tema, Lamet pudo urdir una historia que recrea los miedos, ambiciones y la lucha por el poder.

Desde una perspectiva política, la Compañía influenciaba con su presencia a toda la nobleza, lo que generaba la envidia de otras órdenes religiosas y el resentimiento de funcionarios del Vaticano.

Y a esto se sumaban asuntos teológicos como el jansenismo y las noticias sobre las reducciones jesuitas de América, en especial las ubicadas en el Paraguay.

Según afirmó el propio Lamet la causa final que llevó a esta decisión extrema "fue el miedo de Carlos III, al dar crédito a las calumnias vertidas acerca del supuesto ejército de esclavos que tendrían los jesuitas en las reducciones de Paraguay con la finalidad de invadir España y matarlo".

A juicio del escritor, los jesuitas fueron responsables en parte de esta situación "por el espíritu de cuerpo y el orgullo de sentirse mejor preparados, algo así como la aristocracia dentro de la Iglesia".

La Compañía de Jesús estuvo extinguida en la Iglesia durante cuarenta años (1773-1814) y fue restablecida en 1814 por Pío VII. Parte de los jesuitas sobrevivieron esos 40 años en Rusia, de donde brotaría la renacida Orden.

Fuente: Télam

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