La uva malbec ya es la más cultivada en la provincia

(DIARIOC, 25/01/2010) Más viñedos de uvas tintas, con malbec y bonarda a la cabeza, en una tendencia que arrastra en menor medida a las blancas (especialmente Pedro Giménez, chardonnay y sauvignon blanc), frente a una retracción por octavo año consecutivo de las comunes que, salvo el caso de la cereza, parece inexorable, es el panorama con el que el sector espera el arranque pleno de la vendimia 2010.

De analizar cómo se distribuyen por variedades las 148.428 hectáreas de viñedos con uvas vinificables relevadas al 2009 en la provincia (en el país acumulan 211 mil), se infiere que el mercado no parece dispuesto a patear el tablero con cambios rotundos y va a lo seguro. Malbec sigue al frente en lo que a expansión de superficie cultivada se refiere y con 21.970 hectáreas en producción pasó a ser la variedad con más hectáreas.

Esto se debe a un incremento de 4,5% el último año, y es más de dos veces el área que ocupaba la variedad ícono argentina en los albores del nuevo milenio. Le siguen bonarda y cabernet sauvignon: entre ambas acumulan unas 27.300 hectáreas, sin embargo fue cabernet la que atrajo más inversión.

Indudablemente, su contracara en el mapa vitícola mendocino es la situación actual de las criollas o comunes, donde la única excepción a la regla, como ya se dijo, es la evolución de la cereza. Si bien el área cubierta sigue siendo representativa en los números generales (sólo las dos principales variedades rosadas suman casi 37 mil hectáreas en Mendoza), la evolución interanual corrobora un desempeño inversamente proporcional a las variedades de alta gama, como el caso de la criolla grande, primera en el ranking hasta la cosecha pasada, que se retrajo el último año y confirmó así la tendencia iniciada con la década.

Según los registros del INV, respecto de la cosecha anterior, la superficie implantada con criolla grande se redujo en 200 hectáreas, hasta superar apenas las 21 mil, por lo que cedió así la cima del podio. En total, desde la vendimia 2001 la merma fue de más de 7.800, un indicador de que aún con los consabidos vaivenes de precios, la reconversión en pos de mayor rentabilidad inclina las decisiones.

Los datos volverán a actualizarse después de abril. Pero bastan para saber cómo llega el mapa vitícola de la provincia al arranque de la cosecha, en un año que, como se sabe, anticipa un marcado desequilibrio en las existencias de vinos tintos y blancos.

Por eso, más allá de la incidencia que los rendimientos tengan finalmente en la oferta esperable de volúmenes (algo que se sabrá con más certeza con el pronóstico de fines de febrero y el eventual ajuste de marzo), sirve también para confirmar que el predominio de la producción de uvas tintas, lejos de estar en riesgo, se acentúa.

{adl}Se busca

Un caso particular que se desprende del análisis del mercado vitícola es el de aspirant bouchet. La variedad, también conocida como tintorera, que justamente muchos buscan por su reconocida cualidad de aportar color gracias a la alta concentración de antocianos, e incluso sus exégetas valoran por su aporte a la salud, no llega a imponerse como una variedad de moda.

Aunque, a contramano de las críticas por su valor enológico y no ser reconocida masivamente, le alcanza con haber sumado otras 147 hectáreas para demostrar que su violeta oscuro capaz de teñir los dientes sigue siendo comercialmente demandado por la industria para asegurarse cumplir con el canon de 400 unidades de color exigible por el INV. Actualmente, hay 1.392,8 hectáreas de aspirant en Mendoza.


Fuente: Los Andes.com