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Jueves 28 de Marzo de 2024
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Lanzan Ojo de rapiña ", textos inéditos de Néstor Sánchez

Ojo de rapiña es el título del libro de textos inéditos de Néstor Sánchez que acaba de publicar la editorial que fundó su hijo, Claudio, para difundir la obra de su padre, fallecido en 2003 en esta ciudad a la que había vuelto en 1986, después de años de andar por los Estados Unidos y Europa, escribiendo y entregado al trabajo espiritual.
Ojo de rapiña, publicado por La Comarca Libros, compone una serie de monólogos sobre la experiencia de la escritura, fechados entre 1966 y 1974. La figura de Sánchez -desde hace unos años- está siendo revisitada y reeditada por las ediciones Paradiso, la editorial cordobesa Alción y la casa Mansalva.

Sánchez nació el 7 de febrero de 1935 en Buenos Aires y publicó las novelas Nosotros dos (por una recomendación de Julio Cortázar a la editorial Sudamericana), Siberia blues, El amhor, los orsinis y la muerte, Cómico de la lengua y los relatos de La condición efímera.

En 1972 se cruza con los grupos de Georges Ivanovitch Gurdjieff y los de Carlos Castaneda. En Europa mantiene algunos talleres de escritura, traduce, se especializa en Cesare Pavese, Gallimard traduce Cómico… pero el malestar existencial de Sánchez, con los años, se agudiza hasta su desaparición física en 1978.

Su actual editor, su hijo Claudio, es quien se entera que está en los Estados Unidos, entregado al cuarto camino, viviendo como un vagabundo, de una costa a la otra, durmiendo en las rutas, en cabañas de hippies, en la calle. Se pierde otra vez, lo dan por muerto pero reaparece en 1986, en Buenos Aires. En 1988 publica su último libro hasta la fecha.

A Sánchez, contemporáneo del boom de la literatura latinoamericana, detesta que se lo identifique con ese grupo. "Opté, a pesar de mi asco creciente por el boom de la literatura latinoamericana, por tentar Barcelona. Solicité humildemente una traducción en Seix Barral y me contestaron con un montón de dinero como anticipo de la reedición allí de mis tres libros", contó.

"Dije, mintiendo, que tenía una novela en marcha (ya no quería ni siquiera escribir) y me pagaron por mes, durante un año, lo que terminó siendo Cómico de la lengua. Medió bastante alcohol, desaliento total... Después salté a París y volvieron a producirse casi las mismas decepciones, la garrafal brevedad de la vida. En Gallimard, donde hacía informes de lecturas (y donde se publicaron mi primer y mi cuarto libro)".

¿Ya no escribe más? "A veces, por las tardes, cuando voy a un bar que está aquí cerca me permito pensar por un momento en la escritura y es evidente que aparece una leve onda de sosiego, es como si me fuera dado encontrar una épica en esta vida monótona que llevo. Es que nunca en mis libros inventé una historia. Todo ha sido en base a mi vida presente o pasada y esto ahora ya no puede ser. Me quedé sin épica".

"Yo buscaba vivir más. Estaba convencido, en mi enfermedad, de que se podía vivir 300 años. Hoy supongo que da lo mismo. Gurdjieff fue una experiencia decisiva en mi vida. Siempre estaba la muerte como leitmotiv, me parecía mentira que la gente no se diera cuenta de que se iba a morir, eso me pasó siempre, entonces en todos mis libros hay una advertencia: la vigencia de la muerte. Ésa era la épica".

"Viví catorce años dedicado por entero a lo que creía una experiencia iniciática y, ahora tengo que reconocer poco a poco que sólo estaba vinculado con mi inconsciente (a su enorme capacidad de generar conjeturas), y la esperanza intratable que entonces se generó ya carece de fundamento",

Sin épica, de todos modos, "pedí prestado algunas novelas célebres y las leo con la remota esperanza de que me motiven. Pero esas lecturas no hacen más que recordarme desde qué punto de vista escribí mis libros, es decir en contra de la novela tradicional, procurando que la prosa fuera nada más que una excusa para llegar a la poesía".

"Le repito que no puedo inventar una historia y mucho menos manejarme con los elementos del suspenso que abundan hoy por hoy. Es aquí donde redescubro que me quedé sin épica y sin pasado personal como materia de vida que se transforme en lenguaje", cuenta en un extenso reportaje que Lautaro Ortiz publicó en Página/12.

Y ahora aparecen estos monólogos sobre la experiencia con la escritura, un trabajo artesanal que hubo de despejarse luego de revisar una serie de cuadernos, y donde también apareció un ensayo (inédito) sobre Pavese.

La última noticia de Sánchez que se tenía era la publicación de Sobre Sánchez (Mansalva), el libro de Osvaldo Baigorria, extraordinario, casi como su vida, y la de Sánchez, claro.

Fuente: Télam

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