En su homilía, Mons. Urbanč agradeció la presencia de los representantes del Ambito de la Seguridad y destacó que “la presencia de los servidores del orden es un signo de lo que nos golpea, que es el pecado. Y esto ocurre porque a Dios lo hemos desplazado de la sociedad. Nos miramos a nosotros mismos, que somos pura fragilidad y nos desprendemos de Aquel que es la vida, el amor”.
Asimismo, rogó a Dios que “dé a cada uno de los servidores del orden fortaleza, ecuanimidad, paciencia, para que puedan cumplir con el deber que tienen”. De tal manera que puedan trabajar en la seguridad preventiva, no la coercitiva.
En otro tramo de su predicación, el Señor Obispo destacó que “en Catamarca tenemos las Acampadas Policiales, un hermoso servicio para los hermanos que trabajan para mantener el orden. Porque un servidor que está cerca de Jesús cambiará todo, porque necesitamos mucha paz”.
En el momento de preparar la mesa eucarística, los alumbrantes acercaron ofrendas con elementos que serán destinados a los hermanos más necesitados.
Antes de impartir la bendición final, Mons. Urbanč procedió a bendecir las imágenes de San José, el esposo de María, que fue propuesto y aceptado como el protector y el modelo del accionar de los hermanos que desempeñan su labor en la Policía de la Provincia. Las imágenes fueron recibidas por los jefes de las unidades regionales de la Fuerza de Seguridad Provincial, para ser colocadas en cada una de las comisarías.
Como cierre de esta celebración eucarística, los sones de la Banda de Música de la Policía de Catamarca acompañaron la alabanza a la Morenita Virgen del Valle hecha canción.