Las abejas eran salvajes y no pertenecían a ningún colmenar de la zona. Atacaron primero en el Correo Argentino, donde se habían concentrado jubilados y pensionados para percibir sus haberes. Algunos pudieron refugiarse en las oficinas y otros tuvieron tiempo para buscar vehículos o remises para alejarse del lugar, pero la mayoría sintió los efectos de las picaduras de las abejas y se dirigió de inmediato al hospital. Allí se encontraron con que ocurría lo mismo, ya que los insectos atacaron a todo el personal de guardia y a las enfermeras. Y una situación similar se dio en la comisaría. El correo está ubicado sobre la calle principal del pueblo, la San Martín, y precisamente al frente se encuentra la Policía y el hospital.
Fuente | Clarín.com