Catamarca
Jueves 25 de Abril de 2024
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CADA VEZ MÁS CERCA

Las empinadas cuestas no fueron obstáculo para los peregrinos

A 60 KILÓMETROS DE LA MADRE MORENA. Ruta 64 Cuesta del Portezuelo. Catamarca. Sexto día de peregrinación. Agrupados en la policrómica geografía catamarqueña, centenares de peregrinos santiagueños descansan en el “techo del cerro”, un lugar conocido como La Cumbre ubicado a pocos metros del inicio de la Cuesta del Portezuelo, penúltimo tramo de la caminata que comenzó en las primeras horas del lunes pasado y que finalizará mañana en el santuario de la Virgen del Valle, en la catedral catamarqueña.
(DIARIOC, 06/12/2009)Para llegar allí, tuvieron que superar dos empinadas cuestas llenas de obstáculos y de peligros, incluso tramos de camino de tierra y de piedras que dificultaban la circulación.

El clima también les jugó una mala pasada con intensas lluvias durante el día y brusco descenso de la temperatura por la noche en la zona de Guayamba, por lo que tuvieron que guarecerse en improvisadas carpas, algunos debajo de los árboles.
La altura -unos 1.600 metros sobre el nivel del mar- provoca escasez de oxígeno, agarrota los pulmones, dificulta la respiración y entumece las piernas, por lo que cada paso de ascenso se transforma casi en un calvario.

Pese al agotamiento producido por las largas jornadas de caminatas, la fe y la devoción por la Virgen del Valle los movilizó a seguir el camino, apoyándose en las oraciones que elevan con sagrada unción en cada descanso.

También superan el cansancio con alegres cánticos, algunos religiosos y otros folclóricos, porque la guitarra y el bombo siempre están presentes en cada uno de los grupos de promesantes.

La jornada de ayer encontró al grupo de la parroquia Nuestra Señora de Sumampa haciendo acampe en La Cumbre, último tramo hasta Portezuelo.

Pedro Ledesma, el coordinador del grupo, contó a EL LIBERAL que habían salido a las cinco de la mañana de Guayamba y los primeros en arribar al lugar lo hicieron a la una de la tarde.

Informó que el grupo Sumampa está constituido por 35 personas que hace tres décadas peregrinan juntos “y para nosotros es una experiencia muy particular, porque el peregrino, cuando toma la decisión de caminar y sale de su casa tiene una visión y una manera de querer hacer sus cosas, sabe que peregrinar es una caminata muy sacrificada y que de su habilidad e inteligencia depende de cómo va a llegar a Catamarca”.

No muy lejos de La Cumbre, en el sector conocido como La subida de Chazarreta, los veinte integrantes del grupo San Expedito del Decanato Sur Norte pugnaban por finalizar el tramo más complicado del recorrido.

Con escaso aire en los pulmones, el coordinador Fabián López alentaba a sus acompañantes para terminar la trepada y disfrutar de los bifes a la cacerola que había preparado el equipo de apoyo que se movilizaba en un camión.

Fuente / elliberal.com.ar

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