"Me parece de una inocencia no creíble que existiendo la relación comercial entre el Gobierno porteño y Iron Mountain a partir de la exención impositiva, de los premios que le dio, entre otros indicios, la fiscal tome la respuesta de la administración de la Ciudad como 'real'", sostuvo el inspector en diálogo con Télam.
En este sentido, el ingeniero expresó que "Sánchez tiene una intencionalidad, vos no podés en un caso tan grave despreciar ningún testigo, y menos atacarlo públicamente para no citarlo, y esto lo hace porque la información que yo puedo aportar a la causa es indiscutible".
"Le pregunto al Gobierno de la Ciudad: ¿cuáles son las actas que le corresponden a las fajas 00000240 y 00000241 o en su defecto, dónde están estas fajas, a quién se las dieron?", denunció el inspector, además de informar que cuenta con un testigo que puede ratificar su presencia en el lugar.
Castro describió que "el depósito de Iron Mountain tenía cinco naves, dos de ellas se derrumbaron por completo".
El inspector explicó que "lo primero que uno observa cuando realiza una inspección es la seguridad pasiva, es decir, la resistencia de la estructura ante, por ejemplo, un caso de incendio".
Para no olvidar los detalles de las irregularidades, Castro lee en el reglamento que rige las condiciones de habilitación de los edificios: "El artículo 160 dice que la construcción debe estar hecha con los siguientes objetivo: dificultar la iniciación de los incendios, evitar la propagación del fuego y los gases tóxicos, asegurar la evacuación de las personas (la planta no tiene ninguna salida de emergencia), facilitar el acceso a los bomberos y proveer instalaciones de extinción".
"Ninguno de estos objetivos se cumplía en Iron Mountain, por eso yo pedí la clausura, por eso pasó lo que pasó", aseguró.
El inspector detalló que en el depósito de Barracas "no había brigada de incendios, que son personas capacitadas para combatir el inicio del fuego y que se exige en locales de esta magnitud y con esta carga de fuego generada por los papeles".
"Los sectores de incendio, que son los espacios que se deben dejar para evitar la propagación del fuego, estaban excedidos de lo que pedía la ley", indicó.
Castro denunció también que "las instalaciones de incendio no funcionaban, cuando yo fui no había ni reserva de agua".
Por el trabajo de campo realizado después del siniestro y por testimonios, Castro aseguró que "al momento del incendio se estaba haciendo una nueva reserva de agua, por lo que la nueva instalación que ellos promocionan nunca estuvo operativa".
Además, el especialista indicó que "no existe manera de que el galpón se haya prendido fuego a la velocidad que lo hizo con un sólo foco de incendio, las características del lugar hacen que la falta de aire propaguen el fuego de un modo paulatino".
"Aquí, en cambio, a los 10 minutos de empezar, el fuego estaba ya fuera de control. Esto nos habla al menos de cuatro focos y de una acción planificada por alguien que conoce del tema, lo mismo se ve en el sentido del fuego, está hecho justamente para que los bomberos no lo puedan apagar", describió.
Otra irregularidad que el inspector observó en la causa es que la Justicia entregó a la Ciudad el retiro de los escombros: "ésta es una posibilidad más de eliminar las pruebas", denunció.
El profesional, quien ingresó al Gobierno de la Ciudad por concurso durante la gestión de Aníbal Ibarra, expresó que "en el sentido en el que van las investigaciones de la causa de Iron Mountain todo indica que quedará impune y, lo que es peor, con el accionar del Gobierno porteño en cuanto a habilitaciones en cualquier momento podemos tener otra tragedia como la de Barracas".
Fuente: Télam