Su dueña, Jenifer Wert, que vive en Boulder, Colorado (Estados Unidos) cuenta que cuando lo saca a pasear la gente se sorprende y no son pocos los que se paran a sacarse una foto con el animal que ya tiene 8 años.
Al parecer, las orejas de Harbor no son parejas. Según la medición que lo llevo al Guinness, la izquierda mide 31,1 centímetros y la derecha, 34,3.
Sus dueños cuentan que de cachorro solía tropezarse con las orejas e incluso caerse por las escaleras por culpa de eso. Pero el gran tamaño que ostenta tiene una explicación. No, no escucha mejor. La función es colaborar con su olfato. ¿Cómo? Al caminar, las orejas pendulan y empujan los aromas hacia el hocico.
Fuente: minutouno.com.ar