La obra de Teillier (1935-1996), que incluye, entre otros libros "Para ángeles y gorriones" y "Para un pueblo fantasma", es un referente de la poesía chilena posterior a nombres tutelares como Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo Neruda y Gonzalo Rojas, entre muchos.
La producción de Teillier podría resumirse en unas pocas líneas: una poesía anclada en un sur mítico, un relampaguear de imágenes para contarlo, y cruzando esos pueblos polvorientos un desfile de jinetes furtivos, fantasmas que conducen trenes nocturnos y enmascarados.
"Confieso que he bebido..." (el título parodia al de las memorias de Neruda: Confieso que he vivido), reúne 19 crónicas escritas por Tellier entre 1980 y 1982 para el suplemento de gastronomía del diario El Mercurio, más algunas traducciones de poemas de Rimbaud, Baudelaire y Ponge.
Poeta de buen beber, aparece Teillier aquí inusualmente asociado al buen comer, rubro abonado ya por diversos poetas latinoamericanos, entre ellos el ecuatoriano Julio Pazos, el peruano Rodolfo Hinostroza -destacados cocineros ambos y con libros escritos y publicados de gastronomía- y el Neruda de "Oda al caldillo de congrio".
Fuente: Télam