La novela (Random House Mondadori) de unas 500 páginas y estructurada en dos partes, nació catártica, cuenta el escritor: "Mientras escuchaba ´I´m so free´de Lou Reed y decidía dónde iba a vivir, apareció una cascada de palabras incontrolables, como un impulso ciego que duró unas 24 horas, sin saber por qué escribía".
A través del relato de Gabriel Lisboa, Gamboa -"usé un apellido similar para generar mayor curiosidad en el lector", coquetea sobre su personaje- narra la transformación de un estudiante de la periferia que llega a Lima para convertirse en periodista, descubrir el mundo subterráneo de la escritura para devenir en un hombre de la literatura, capaz de contar su propia historia.
"La novela se impuso en dos partes -describe-: una muy periodística y otra más sentimental. Empecé pensando en lo que es la segunda mitad y necesitaba de la primera para dar cuenta de este chico que se transforma en un agente infiltrado que en verdad quiere ser escritor, y el periodismo actúa no como una cárcel sino como un trampolín".
Atrapante y arrollador, "Contarlo todo" es una radiografía de la vida misma: los miedos del principiante, la búsqueda de la identidad, el encuentro con la amistad y con el amor, los desafíos que supone el aprendizaje y los desencantos que vienen con el paso del tiempo, la metamorfosis de un joven veinteañero que de no saber quién es se descubre a sí mismo.
Al igual que su personaje, Lisboa, Jeremías Gamboa (1975) arrancó su camino en una redacción periodística, que abandonó a sus 30 años cuando se animó - "un poco más maduro que Gabriel", bromea- a dedicarse de lleno a escribir. Cinco años lo mantuvo cautivo "Contarlo todo", "tres años y medio de escritura y un año y medio para poder mantenerme", cuenta sobre la elección que tomó.
Cuando le preguntan sobre lo que muchos adjudican como su alter ego en esta trama (Gabriel Lisboa), Gamboa desliza una risa y asegura: "Me causa satisfacción pero no voy a dejar de corregir que no soy; me gusta que lo identifiquen con alguien de la realidad, significa que la novela comprometió emocionalmente al lector.
"Gabriel está hecho de mi pero no es Jeremías -refuerza sobre su personaje-. La literatura es experiencia transformada, él vive los espacios que viví pero no ha vivido lo que yo he vivido. La ficción está hecha de eventos que temes o deseas que te hubieran ocurrido, como los sueños".
Es que para Gamboa lo interesante de la literatura "es su poder de transformación, la posibilidad de ofrecer una luz o una salida, en la que el personaje atraviese experiencias, cambie y eso ayude al lector a pensar sobre su propia vida" reflexiona, a la vez que recuerda que su desafío en la narrativa está en "escribir sobre la experiencia de la realidad".
Con guiños a Mario Vargas Llosa, Roberto Arlt, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Roberto Bolaño, entre otros latinoamericanos, Gamboa se sumerge por primera vez en el género con muchos elogios: el anuncio del lanzamiento de su novela en la Feria del Libro de Frankfurt fue la precuela de una fama reflejada en Guadalajara (México), con la atención de prestigiosos escritores y editores.
De hecho, el Premio Nobel peruano lo definió como "un escritor perfectamente dueño de sus medios expresivos, que sabe concentrarse en lo esencial, que es siempre contar una historia bien contada". Ya tiempo atrás Vargas Llosa se inclinó por él cuando leyó su primer libro de cuentos "Punto de Fuga", que fue muy bien recibido por la crítica del país andino.
"Contarlo todo" es también una novela muy latinoamericana no sólo por el escenario limeño, el lenguaje regional o los modos, sino por su homenaje profundo a lo que Gamboa llama "familia", esa camada de escritores del boom. "La historia está hecha conscientemente de literatura y sin embargo parece algo real... ".
Ahora tiene nuevos planes y dejará a Gabriel Lisboa para meterse con las relaciones familiares, aunque esta vez, confiesa, espera poder escribir "con un poco más de tranquilidad". Su éxito entre los lectores y el círculo literario más el despliegue mediático de su ópera prima no opacarán el trabajo de esta promesa latinoamericana.
Fuente: Télam
