Catamarca
Jueves 28 de Marzo de 2024
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Los concretistas no buscaban representar la realidad sino inventarla

En Contaminación artística. Vanguardia concreta, comunismo y peronismo en los años 40, la socióloga Daniela Lucena analiza la propuesta estética y política de la Asociación Arte Concreto-Invención liderada por el diseñador Tomás Maldonado en su relación bifronte con el comunismo y el peronismo en los 40, recuperando las propuestas materialistas de su práctica, que incluían los ideales de cambio social y humano.
El libro, publicado por la editorial Biblos, también es un estudio sobre el estado del arte argentino a mediados del siglo pasado.

Lucena es doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Dicta clases de grado y de posgrado en esa casa de estudios , en la Universidad Nacional del Arte y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Esta es la conversación que sostuvo con Télam.
T : ¿Quién es Tomás Maldonado y cuál es el papel que tiene como contaminador artístico en la época que surge?
DL : Tomas Maldonado es un artista y diseñador argentino que en los 40 lideró en Buenos Aires un movimiento de vanguardia llamado Arte Concreto-Invención. Con ese grupo, en el que también estaban Alfredo Hlito, Juan Molenberg, Manuel Espinosa, Lidy Pratti y Raul Lozza, entre otros, conmocionaron el mundo del arte de la época. Traían una propuesta sumamente novedosa: la invención como modo de creación artística. Esto significa, para decirlo de modo simple, que buscaban un arte que no represente la realidad sino que la invente; que la obra no sea copia de nada ya existente sino que sea algo nuevo, un hecho nuevo que el artista trae al mundo, una nueva realidad.

En medio de esas búsquedas, a partir del año1948, Maldonado se vincula con un grupo de jóvenes arquitectos modernizantes y junto con ellos y los artistas concretos proponen conjugar arte y vida a través del diseño. Que el arte se integre a la vida cotidiana de todos los seres humanos a partir de una contaminación estética. Contaminar el mundo artísticamente significaba entonces fecundar estéticamente los objetos de uso cotidiano a través del diseño. Que el arte forme parte de todos los objetos y que pueda ser disfrutado por todas las personas y no solo por las que aceden al museo o a la galería. El diseño aparecía en esos años como la solución para que lo artístico no sea solo algo que hace y disfruta una pequeña elite. Este planteo, sumamente de avanzada, sentó las bases para el posterior desarrollo del diseño en nuestro país.

T : Maldonado y sus secuaces, ¿cómo se llevaba, o mejor: su estética, cómo se llevaba con las cabezas políticas del PCA en la época del primer peronismo? ¿Y cómo se llevaban con el primer peronismo?
L : Los vínculos con la política fueron conflictivos, con momentos de acercamiento y acciones conjuntas y momentos de discusiones y enfrentamientos muy duros. Los artistas de la vanguardia concreta en 1945 se afilian al Partido Comunista Argentino porque consideran que es el partido más afín a su propuesta estética y a su ideología materialista: un arte de vanguardia que se une al partido cuya misión histórica debía ser de vanguardia también. Entre 1945 y 1948, pese a que en la URSS, Stalin ya había impuesto el realismo socialista como estética oficial, los artistas concretos militan activamente en las filas comunistas, aunque los líderes locales nunca les pemiten mostrar sus obras en la prensa o en los eventos del partido, porque se alejaban mucho de ese realismo que el comunismo defendía como arte revolucionario. En 1948 podríamos decir que hay un recrudecimiento de la política estética del Partido Comunista y esto repercute en nuestro país generando la expulsión de los artistas concretos de las filas del
partido. Básicamente, estaban en juego dos concepciones de lo que debía ser el arte revolucionario: el PC defendía un arte
representativo claro y efectivo a la hora de mostrar los logros de la revolución a las masas, y los concretos proponían su arte inventivo que potencie la praxis, el impulso de construcción y de cambio en los seres humanos, confiando en que las herramientas estéticas lograrían que (el ser humano) despliegue su esencia transformadora de la realidad.

Con el peronismo también tienen sus encuentros y desencuentros: al comienzo son muy críticos del gobierno de Perón, pero luego tras el alejamiento del PC realizan algunas acciones auspiciadas por funcionarios peronistas. Sobre todo fue fundamental la actuación de Ignacio Pirovano, director del Museo Nacional de Arte Decorativo, que era un coleccionista refinado de arte moderno y apoyaba a la vanguardia concreta. El único pituco peronista, según me decían medio en chiste en las entrevistas algunos de los arquitectos cercanos a Maldonado con los que charlé. Ese museo fue sede de un experimento pionero auspiciado por el primer gobierno peronista: una comisión de diseño industrial formada en 1952 en la que participaron Maldonado y los arquitectos Bullrich, Borthagaray y Méndez Mosquera. Aquella experiencia, que duró poco, fue muy interesante porque pretendía impulsar el
desarrollo de un diseño argentino. Esta comisión nos permite complejizar un poco la lectura más extendida sobre el primer
peronismo, que vincula las políticas culturales a los dichos antimodernos y conservadores del ministro de Cultura Ivanissevich, que prefería el realismo y criticaba a las vanguardias como arte morboso y burgués. Quiero decir, no hubo una política estética claramente definida en relación a las artes visuales durante el primer peronismo, y en este caso de la vanguardia concreta y su deriva hacia el diseño encontramos toda una zona del campo cultural con una autonomía relativa que le permitió llevar a cabo iniciativas modernizantes que iban en contra de los gustos más clásicos (realismo, monumentalismo, exaltación de las figuras de los líderes) de muchos funcionarios peronistas.

T : ¿Cómo leía esta vanguardia materialista los acontecimientos de la URSS posteriores a la muerte de Lenin?
L : Lo que yo pude encontrar revisando la prensa oficial del PC argentino son dos notas que Maldonado escribe entre 1946 y 1947 en el periódico Orientación, a raíz de diversas polémicas que se habían suscitado en torno a la figura de Picasso. En ambas realiza una clara defensa de la producción del artista, del régimen soviético y de la figura de Stalin. También enfatiza la libertad de creación reinante tanto en la URSS como en el comunismo argentino. Esta defensa coincide plenamente con las declaraciones que paralelamente ponen a circular en el campo artístico a través de su revista Arte Concreto-Invención, en la cual declaran que los artistas concretos se solidarizan con todos los pueblos del mundo y con su gran aliado -la Unión Soviética- en sus esfuerzos por preservar la paz y detener los planes imperialistas para resucitar el fascismo.

T : A su vez, ¿cómo se articulaba el concretismo con el diseño? ¿Cuál era la relación de Maldonado con Portantiero, Aricó, Mangieri, etcétera, intelectuales que terminaron, todos, expulsados del PCA?
L : El diseño es la solución que encuentra Maldonado para reintegrar arte y vida, es una deriva que emprende luego de evaluar los límites del concretismo. Esta situación -el darse cuenta de que el arte concreto no logra llegar a las masas- sin embargo no lo amedrenta para reafirmar su confianza en las posibilidades de su programa artístico y asegurar que arte concreto será el arte social de mañana, porque, como él dice (cito textual), la vocación más recóndita del arte concreto, casi su razón de ser es la de llegar a influir algún día en sectores extremadamente amplios, de convertirse en un arte popular (...) En efecto el arte concreto, al contrario de lo que se cree, que es un mero pasatiempo para unos pocos, está llamado a ser el arte social de mañana, pues resulta el único que puede articularse fluidamente con los grandes espacios de la ciudad y del campo; aquellos grandes espacios en los que en el futuro se llevarán a cabo los programas más radicales de transformación de la vida.

Fuente: Télam

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