Catamarca
Jueves 25 de Abril de 2024
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"Los economistas hemos sido pésimos para pronosticar crisis"

Aunque a veces errada o sesgada, la economía es una ciencia que convoca mucho más que un saber específico: es la disciplina que permite desde optimizar los ahorros hasta anticipar crisis de orden planetario, aplicaciones que junto a otras aparecen en el libro "Todo lo que necesitás saber sobre economía argentina", de Matías Tombolini.
Toda disciplina revalida su sentido cuando interactúa con un contexto que permite cotejar aciertos y errores. Guiado por esta perspectiva, Tombolini eligió diferenciarse del temario de los manuales clásicos para armar un texto que funciona como la vía de acceso a cuestiones que circulan por los medios, pero que no siempre son comprendidas por el grueso de los lectores.

"Todo lo que necesitás saber sobre economía argentina", editado por el sello Paidós en el marco de una colección que se propone como una mirada introductoria sobre temas históricos, artísticos o científicos, hace foco en aspectos centrales de la agenda local como la diferencia entre desarrollo y crecimiento, los componentes del salario o el funcionamiento del mercado de capitales.

Además de una fisonomía reconocible por su presencia en distintos ciclos televisivos como columnista o consultor ocasional, Tombolini es licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires, realizó una maestría codiplomada por FLACSO y la Universidad de Barcelona, junto a un posgrado en Historia del Pensamiento Económico.

Muchas veces se asoció a la Argentina con escenarios de inestabilidad. Sin embargo, en los últimos años la globalización ha demostrado que hasta las mayores economías del mundo son extremadamente volátiles ¿Qué torna inestable a una economía?
La inestabilidad en la Argentina tuvo diferentes motivos según la época que se trate. Es difícil escindir la inestabilidad de dos factores concretos como lo son las decisiones en materia de política doméstica que modifican los planes que cada uno de nosotros hacemos con nuestra propia economía y por otro lado el factor que juega un rol concreto en la inestabilidad de nuestra (y de cualquier) economía es el aspecto volátil que presenta por estos años el contexto económico internacional.
El comienzo del siglo XXI estuvo signado por escándalos éticos como World Com y Enron, que marcaron el camino del desquicio en el que se encuentra el sistema económico internacional que privilegia la codicia por sobre la generación de valor real para la sociedad.

El último Premio Nobel de Economía fue otorgado a dos matemáticos, Alvin Roth y LLoyd Sharpley, por sus esfuerzos "para encontrar soluciones en el mundo real" a partir de la "teoría de juegos", a la que le dedicás un capítulo de tu libro. ¿Este tipo de decisiones marcan que la economía ha comenzado a incorporar como objeto de investigación fenómenos de la vida cotidiana?
Eso siempre estuvo presente, sólo que la modelización del comportamiento humano en forma individual y luego en términos sociales, va adquiriendo aspectos mas complejos y sofisticados. Sin embargo creo que es fundamental entender que no todos somos iguales, nuestras sociedades son diferentes, como también lo son nuestra cultura y nuestra historia.
Aunque podamos tomar aspectos muy importantes de los desarrollos teóricos del mundo desarrollado, si no generamos teoría local, siempre vamos a estar tratando de adaptar sus conclusiones.

Una definición de la economía la traduce como la ciencia que se ocupa de administrar bienes escasos. ¿Aceptar esa "escasez de origen" implica avalar que toda idea económica será insuficiente en tanto la escasez siempre restringe las posibilidades?
La escasez es un hecho de la naturaleza, nada es infinito, es por eso que resulta interesante analizar cómo se asignan los bienes en dicho marco, quizás el problema radica en nuestro sistema de valores que en ciertos momentos nos hace creer que determinados bienes son escasos porque "hay pocos" cuando en realidad son irrelevantes aun que hayan pocos.
La escasez de los bienes como el agua o la energía (y esta última es discutible) tienen una impronta menos artificial que ciertos productos a los que les damos valor desde una construcción social. Por ejemplo un bolso de Luis Vuitton es escaso, y tiene un alto precio, la pregunta es si como sociedad alguna vez nos daremos cuenta que en este tipo de bienes la escasez es casi una ilusión óptica.

¿Qué aspectos debería tener en cuenta un público no entrenado en temas económicos para detectar la inminencia de un cimbronazo como los que sacudieron al país?
Lo mejor es hacerle caso al bolsillo y lo que vemos en nuestra vida cotidiana antes que creernos relatos que muchas veces no se condicen con la realidad. Es simple: si te deja de alcanzar el sueldo para llegar a fin de mes, si vas al súper y falta mercadería, si gente cercana a vos se empieza a quedar sin trabajo, si ves que hay muchos locales en alquiler, si ves taxis vacíos por demás, es que la cosa se está poniendo fiera.
Claro que todo puede suceder de forma gradual, por lo tanto hay que estar atentos. Ahora, si se desean sacar conclusiones a partir de datos económicos no hay que confiarse, porque los economistas hemos sido pésimos a la hora de pronosticar las crisis.

¿Por qué somos una sociedad tan dólardependiente?
Somos así porque nuestra moneda local ha perdido valor a lo largo de su historia y la forma que se encontró para preservar el valor de los ahorros fue el dólar, cuando no los ladrillos. La manera de cambiar es regenerar la confianza en nuestra economía y en nuestra moneda, un camino que se recorre con el tiempo.

Se habla del espacio y la vivienda como uno de los temas cruciales del futuro ¿Cómo puede repercutir esto en la Argentina, que a priori no presenta esta problemática dado que lo que sobra es territorio?
En el mediano plazo las propiedades van a bajar (medidas en dólares) para luego recomponer sus precios probablemente dentro de mas de dos años. En cuanto al problema de la vivienda la cuestión no es solamente si tenemos espacio sino si la gente quiere ir a vivir allí donde hay espacio. Lo cierto es que en Argentina hay mas de 1,9 millones de inquilinos (censo 2010) y salvo el plan PROCREAR, el déficit habitacional es enorme y de no mediar una política para los próximos 20 años, veremos como este problema se agudiza.

Fuente: Télam

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