"Queremos mejorar un poco los 20 puntos que hemos ofrecido (a la base de cálculo), para destrabar el conflicto que mantiene resentido el servicio de salud", expresó el mandatario en diálogo con la prensa. "Queremos resolver el conflicto, queremos un Tucumán en paz, donde la gente esté tranquila y no se perjudique a los más humildes", reiteró Alperovich para justificar la modificación del ofrecimiento salarial.
Los autoconvocados fueron cautelosos al opinar sobre la decisión del Poder Ejecutivo. "Recibimos la noticia con cierta reserva. El anuncio se realiza un día después de que las fuerzas policiales tomaron los hospitales y agredieron al personal de la salud. Pero ojalá se destrabe la situación", reflexiónó Julián Nassif, del Hospital de Niños.
Mónica Bulacio, médica del sur, recordó que el movimiento autoconvocado decidió hablar sólo con el gobernador. "Los ministros Yedlin, Edmundo Jiménez (Gobierno) y Jorge Jiménez (Economía) nos dieron a entender que aceptarían la propuesta del arzobispo, monseñor Luis Héctor Villalba, -quien oficia de mediador- y a las dos horas dijeron a los medios que era imposible llevar de 20 a 50 puntos la base de cálculo. Este proceder nos decepcionó. Por eso queremos hablar con el gobernador en la próxima reunión con monseñor Villalba", dijo la delegada. Se estima que la próxima semana, cuando Villalba regrese de Buenos Aires, se concretará un nuevo encuentro.
Ayer los médicos trasladaron la protesta a la calle, cumpliendo la disposición de la asamblea de no trabajar mientras permanezcan las fuerzas policiales dentro de los hospitales. En las avenidas Mate de Luna y Avellenada, frente a la Maternidad y al Centro de Salud, respectivamente, se cortó el tránsito y el personal de la salud repartió folletos en los que consignaron sus reclamos.
"Los pacientes tienen miedo a los uniformados y se van. Su presencia nos asusta a todos", afirmó la oftalmóloga Gabriela Pisech, de la Maternidad.
Los hospitales, según pudo observar LA GACETA, estuvieron más vacíos que nunca. Solamente las guardias atendían a los pacientes que concurrían con alguna urgencia. "He venido a ver a mi cuñada, que ha tenido familia, pero no me quiero demorar mucho porque tengo miedo que pase algo. Hay tantos policías armados...", comentó Cristina Sotelo cuando ingresaba a la Maternidad. A los policías de Infantería, antimotines, a caballo y del grupo cero, se sumó ayer el personal de civil.
Fuente/ LA GACETA