Un duelo normal "nos posibilita seguir adelante, enlazado a proyectos, a la vida; este proceso es í­ntimo, interno, acompañado por otros que empatizan con el dolor", agregó la profesional.
"¿Duelar a través de Facebook facilita asimilar la pérdida de la persona que falleció? fue la pregunta para la psicóloga, quien consideró que "es un ritual más ante la muerte", pero reconoció sus dudas.
"¿Mostrar la muerte es una forma de jugar para no sufrir?", se preguntó a su vez Petit, y reflexionó que "esta práctica en un espacio público, de alguna manera espectacularizado, quizás ayuda en el proceso del duelo o sólo consiste en poner el dolor fuera y negar la realidad de la muerte".
Para Adriana Musitano, investigadora de la Facultad de Filosofí­a de la UNC y autora de ´Poéticas de lo cadavérico. Teatro, plástica y videoarte de fin del siglo XX´, en Facebook "se niega la muerte hablándole al muerto, como si estuviese vivo".
Por eso "no resulta socialmente válido como obituario, aunque como metáfora se asemeja a esas flores que antes se dejaban en la tumba del amigo y otros sabí­an que alguien habí­a estado antes allí".
Ambas investigadoras coinciden en que fueron los jóvenes quienes se apropiaron de Facebook para manifestar el dolor por quienes ya no están.
Musitano reseñó que quienes nacieron en los años ´80 y ´90 "a veces exhiben la muerte en comportamientos o con objetos macabros en su ropa, o adornando su cuerpo con tatuajes, anillos o pendientes que representan metáforas sangrientas".
El duelo que hacen los jóvenes en las redes "tiene componentes diferentes al de los adultos, que fueron educados preferentemente en la negación de la muerte", resaltó.
En las redes sociales, la juventud trata la muerte "de modo directo, como cualquier otro aspecto de la vida, aunque reiteren eufemismos y reproduzcan a veces situaciones ambiguas y complejas de los adultos, que deben ser debatidas para dar respuestas".
Una conclusión que aportó Petit es que "en estos tiempos en que se tiende a negar el dolor y todo debe ser placer en un continum que no deja pensar y no deja meterse dentro, cuando emerge la realidad ineludible y el dolor llega, se echa mano a diversas estrategias para poder sobrellevarlo y buscar sentidos".
En tanto, Musitano concluyó que los rituales "ayudan para separarnos de las personas, nombres, cosas. Y esto aún no siempre toca a lo tecnológico, por eso es necesario fijar lí­mites al uso del Facebook de un muerto o a esos diálogos ficcionales con él o ella".
Fuente: Télam